Akira, el anime que lo empezó todo
Si hay una película que abrió el camino en occidente a la irrupción del anime, y por extensión al manga, esa es sin duda Akira, de Katsuhiro Otomo.
Akira está basado en el manga del mismo nombre y uno de los múltiples pilares de su éxito es que el propio autor del manga dirigiera el anime.
La película fue estrenada en 1988 y en esos momentos, Otomo aún no había finalizado el manga, (lo concluyó dos años más tarde), por lo que muchas cosas quedan inconexas en el anime. Este punto, junto con el poco “entrenamiento” del público occidental en los entresijos narrativos del anime, contribuyeron a que Akira fuera confusa de entender al principio y, evidentemente, es necesario varias revisiones para captar todos los detalles.
Cuando en 1992, llegó a España, Akira fue toda una revelación, por primera vez, asistíamos a una película de animación con una historia compleja que unía violencia, ambiente futurista y cyberpunk, y sobre todo, con un acabado gráfico alejado de las primeras incursiones de este tipo de animación como Mazinger Z.
EL DESARROLLO
La creación del anime de Akira fue todo un hito en Japón, de hecho, puede ser considerado como un “monumento nacional”, ya que para su realización se creó el llamado Akira Committee, un conglomerado de empresas de animación que aportaron sus recursos técnicos y humanos para ofrecer la mejor experiencia visual de un manga ya mítico en el país nipón.
El alto presupuesto tanto para la época como para el tipo de película fue aprovechado al máximo con escenarios muy detallados huyendo del continuo fondo estático, así como una recreación de expresiones de los personajes, juegos de luces y, sobre todo, una inmensa paleta de colores llevada casi hasta la minuciosidad extrema.
NOTA: Muy recomendable este vídeo sobre el Making off de Akira.
Aún no había llegado la animación 3D y TODO estaba pintado a mano con un montante final de 160.000 dibujos con acetatos que muestran a varios personajes a la vez realizando acciones. La última y vertiginosa parte final, es una auténtica traca de sensaciones visuales nunca vista en Occidente. La obsesión por los detalles está cuidada en la minuciosidad con que se detallan los escenarios, el movimiento de los personajes y, por supuesto, con el icono de la película: la mítica moto de Kaneda, todo un símbolo de Akira como el Halcón Milenario lo es de Star wars o el Delorean de Regreso al futuro.
SINOPSIS
Como en el manga, Akira comienza en el año 1988, cuando una inmensa explosión arrasa la ciudad de Tokyo, nueve horas después se producen idénticas explosiones en varias ciudades importantes del planeta: Moscú, Vladivostok, Londres, San Francisco … dando lugar a la tercera guerra mundial.
La acción se traslada a 2019, a la ciudad de Neo-Tokyo, construida sobre la antigua capital. El país vive en una convulsión continua con revueltas y manifestaciones en contra de un gobierno corrupto cuasi dictatorial, y con continuas revueltas con un trasfondo religioso de nueva era, ya que ciertos grupos propugnan la aparición de Akira, un ser que hará volver la grandeza a Japón.
En esta inmensa urbe con enormes rascacielos, campan a sus anchas bandas de pandilleros adolescentes batallando sobre sus motos contra otras bandas empleando una gran violencia.
Una de las estas bandas, las Cápsulas está comandada por Kaneda. En una de sus peleas con la banda rival de los Payasos, llegan hasta lo que fue la zona cero de la explosión y Tetsuo, otro de los integrantes de las Cápsulas, tiene un accidente al cruzarse en su camino un niño con cara de anciano, Takashi, quien previamente había sido rescatado de su cautiverio en un laboratorio secreto por un rebelde que acaba abatido por la policía.
Los militares aparecen de repente para llevarse a Takashi y a un herido Tetsuo sin dar ninguna explicación a sus amigos.
Posteriormente, en la comisaría donde están denunciando el tema y prestan declaración todos los detenidos por altercados, Kaneda se fija en una chica Kei, perteneciente a una célula terrorista, consiguiendo que salga de comisaria con ellos, aunque a la salida logra despistarle.
Paralelamente, los militares y científicos que se han llevado a Tetsuo, le realizan pruebas, detectando que tiene el poderes psíquicos similares a Akira, el niño, que desencadenó la destrucción de Tokyo 31 años atrás al descontrolarse. La obsesión del coronel Shikishima es que ese poder pueda y deba controlarse, en contraposición con el criterio del científico jefe Onishi y ve una oportunidad de experimentar, potenciando en secreto sus aptitudes.
Tetsuo consigue escapar del hospital y encontrarse con su novia, Kaori, juntos roban la moto de Kaneda atrayendo a la banda de los Payasos. Kaneda consigue rescatarlos, pero Tetsuo comienza a tener visiones producidas por los experimentos y a demostrar el rencor latente y envidia que le tiene a Kaneda al que recrimina que siempre lo trate con condescendencia.
Vuelve a aparecer un grupo de militares y científicos que se lleva a Tetsuo de nuevo. Más tarde Kaneda vuelve a salvar a Kei tras perpetrar un atentado, juntándose con la célula terrorista y planeando colarse en las instalaciones secretas para sabotearlas.
Mientras tanto, Takashi, Masaru y Kiyoko, los niños precog que eran sujetos de prueba durante el experimento Akira, temen el poder destructivo que puede alcanzar Tetsuo y se proponen anularlo, pero fracasan, provocando la cólera de Tetsuo que destroza las instalaciones y gracias a indagar en la mente de los precog, descubre la existencia de Akira, que se encuentra criogenizado en unas instalaciones subterráneas debajo del nuevo estadio olímpico.
Tetsuo se dirige hacia allí arrasando con todo resistencia a su paso gracias a su nuevos poderes. El coronel Shikishima da un golpe de estado estableciendo la ley marcial en Neo-Tokio con el fin de detener a Tetsuo antes de que cree un caos mayor.
La infliltración de los terroristas con Kaneda y Kei fracasa, siendo detenidos y encarcelados. Kiyoko, a través de Kei explica a Kaneda quien es Akira y como de peligroso es Tetsuo, liberándolos de su encierro para que puedan colaborar con los tres precog y anular a Tetsuo.
En el estadio olímpico, y después de arrasar con toda oposición militar, Tetsuo sacar a la superficie el almacén criogénico que contiene a Akira para descubrir que su cuerpo, tras múltiples experimentos se encuentra repartido entre varios frascos.
Kaneda, que se ha enterado que Tetsuo asesinó a Yamagata, su mejor amigo dentro de los Cápsulas, se enfrenta a él con un laser portátil y el coronel con un satélite militar. Ambos intentos fracasan, aunque Tetsuo pierde un brazo que consigue recomponer con implantes tecnológicos.
Los poderes de Tetsuo se desbocan siendo incontrolables para el propio Tetsuo y convirtiéndose en una masa amorfa que mata a Kaori. Los tres precog consiguen activar a Akira para que detenga en poder de Tetsuo, y deciden sacrificarse para ayudar a salvar a Kaneda y al coronel.
El poder de Akira vuelve a arrasar Neo-Tokyo y Kaneda es consciente de los recuerdos de Tetsuo y de los tres niños precog, como fueron sujetos a experimentos junto con Akira, el niño que desarrolló todo su potencial.
Finalmente, es Akira quien consigue sacar a Tetsuo a otro plano existencial para que su poder descontrolado no haga más daño.
LAS REFERENCIAS DE AKIRA
Akira supuso una revolución tanto en manga como en el anime que posiblemente no ha sido igualada. Tal vez Ghost in the Shell se le aproxime en relevancia. Lo principal fue la irrupción en Occidente de una forma de plantear la animación que no se había visto antes. Había antecedentes como Heavy Metal, por ejemplo, pero en Akira asistimos a un torrente de acción, violencia y trasfondo filosófico y religioso de una complejidad no vista incluso en películas de acción real.
En Akira vemos como una megápolis del futuro con inmensos rascacielos, esconde calles llenas de suciedad, de comercios cerrados y zonas despobladas con bandas de criminales, revueltas violentas llegando al terrorismo con atentados en zonas comerciales, gobiernos corruptos, ejércitos sometidos al capricho de un solo hombre. Todo esto para demostrar la deshumanización de una sociedad que no ha sabido recuperarse de lo que supuso la tercera guerra mundial.
En este último aspecto, se ha dicho que Otomo sólo hace que reflejar los miedos que existían en Japón durante su infancia, el terror nuclear, la destrucción del país y la posguerra y todo lo que supuso el renacer de Japón con un ímpetu que, posiblemente, pasó por encima de las necesidades de sus habitantes. Estos puntos tienen fiel reflejo en Akira simplemente desplazándolos unos años en el futuro.
La cámara nos muestra esos inmensos rascacielos, los carteles y anuncios luminosos dando a entender una grandeza que cuando la cámara se acerca, desaparece, en su lugar vemos pandilleros que van a institutos que son reformatorios a la larga y que parece que son el trampolín para acabar en la cárcel sí o sí.
La desesperación de la gente se ve reflejada en las protestas violentas que se van sucediendo. La gente no ve una recuperación de su nivel de vidas acorde al estatus que podría indicar las grandes obras, un ejemplo es el inmenso estadio olímpico.
DATO CURIOSO: Parece que Otomo, en 1988 se adelantó a la consecución de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Curioso cuanto menos.
QUE SIGNIFICA AKIRA?
En este clima es normal el resurgir de creencias pseudorreligiosas que abogan por la destrucción de una ciudad considerada como un monstruo y que renazca de sus cenizas más pura, de ahí el mito de Akira, que, aunque es un secreto, parece haber trascendido que la anterior hecatombe tuvo un culpable más o menos voluntario.
Dicho así, Akira puede ser considerado un ente impalpable, pero vemos que todo comienza con una investigación del ejército y su programa para potenciar el poder mental en niños. Un programa totalmente deshumanizado que ha dejado a Akira como el niño que desarrolló todo su potencial, pero se les fue de las manos a quien tenía que controlarlo.
Ese mismo experimento dejó 3 supervivientes marcados como número y confinados en unas instalaciones secretas, ancianos en cuerpos de niño que han desarrollado habilidades como la telequinesis, o la precognición.
En la secuencia donde Kaneda y Kai están encerrados, ésta le explica que era el proyecto Akira y lo resume como la energía necesaria para hacer evolucionar al ser humano, la energía que le ha hecho falta para ir pasando etapas desde un ser unicelular. El problema se plantea cuando esta energía se concentra en un solo individuo y no tiene la capacidad de asimilarlo o controlarlo (en el caso de Akira), o va a parar a manos de una persona con graves problemas de autocontrol o desprecio a los demás (caso de Tetsuo).
CRÍTICA
Akira es una obra compleja que precisa varios visionados y más si tenemos en cuenta que se realizó antes de acabar el manga y dejando muchos hilos inconexos, de hecho, el destino y acciones de muchos personajes varían entre el manga y el anime.
Personalmente, cuando la ví en el cine salí aluciando de lo que había visto pero con la sensación de no haber entendido casi nada, menos mal que ese sentimiento era compartido era por todos con los que me cruzaba al salir del cine. De hecho, he tenido que verla repetidas veces y con una “entrenamiento” mayor en los sucesivos animes que he visto, van descubriendo más y más dentro de esta obra.
Posiblemente una lectura de la obra en manga permite ver matices y ayudar a comprender la complejidad de la obra. En este aspecto, con el inicio de la cuidada publicación del manga en el formato original es la mejor forma de adentrarse en una historia trascendente, rompedora y que permanecerá en lo más alto de la animación.