Planeta Prohibido, clásico de la CF
Planeta Prohibido es un clásico de la CF con multitud de elementos totalmente revolucionarios para la época y que marcaron una pauta en sucesivas películas del género hasta llegar a otro película rompedora como fue 2001, una odisea del espacio.
Desde los acordes iniciales con la alucinante música electrónica y el monólogo introductorio donde describe la conquista del espacio por parte de la humanidad:
En la última década del siglo XXI, hombres y mujeres alunizan en nuestro satélite. Hacia el año 2200, se alcanzan todos los planetas de nuestro Sistema Solar. Poco después llega el descubrimiento del hipervehículo, con el cual se logra alcanzar la velocidad de la luz, que más tarde es rebasada. Y así, finalmente, la Humanidad da comienzo la conquista y colonización del inmenso espacio…
En este prólogo vemos al crucero espacial de Planetas Unidos C57-D llegando a la colonia de Altair IV, un planeta al que una expedición llegó 20 años atrás y de la que no se ha tenido noticias desde entonces.
Llegados a este punto, hay ciertos detalles a tener en cuenta. Por un lado, la existencia de la federación de Planetas Unidos, teniendo en cuenta la época, en plena caza de brujas y en el nacimiento de la guerra fría, lo «políticamente correcto» hubiera sido una nave y su tripulación netamente norteamericanas, pero aquí, adelantándose en parte a Star Trek, muestra a la humanidad bajo una misma bandera planetaria.
Otro detalle es la nave espacial en si. Un platillo volante de manual con el diseño clásico tan en boga en esos años de fiebre OVNI.
Finalmente, un detalle que recibió su homenaje posterior, la hora en la que la nave orbita Altair IV es 17:01, estos números serian usados unos años más tarde por Gene Roddenberry para codificar las sucesivas versiones de la nave Enterprise (NCC 1701).
Siguiendo con la historia, los tripulantes aterrizan en el planeta en contra de las advertencias realizadas desde el planeta Allí encontrarán al Dr. Morbius, único superviviente de la expedición que vive n compañía de su hija Altaira, nacida en el planeta, y de Robbie, un robot fabricado por Morbius y que acabará convertido en el icono de la película con el paso de los años (y también en este blog).
El Dr. Morbius les informa de que los colonos murieron al intentar abandonar el planeta, en contra de su criterio y sin dar muchas más explicaciones. Durante estos años de soledad, ha estado investigando los avances científicos de la civilización nativa del planeta, los Krell, ya desaparecidos.