Frontier, Guillaume Singelin. Un canto a la libertad y la exploración espacial
Durante 2023 hubo un cómic en boca de todos: Frontier, de Guillaume Singelin. Un trabajo financiado a través de Kickstarter y que fue premiado en el prestigioso Salón de Angulema. La trayectoria de Singelin, el tema tratado y las primeras páginas eran un argumento convincente para su adquisición. Y no podría haber sido más acertada la decisión.
INTRODUCCIÓN
Singuelin ha conseguido con Frontier aunar una historia de crítica social, a ratos conmovedora, a ratos trágica, pero también con dosis de humor y esperanza.
Su inclusión dentro del género CiFi, permite construir una space opera cuyos pilares hemos visto en otros medios. Desde el cine con Naves Misteriosas o la saga Alien, a videojuegos de exploración espacial como No Man Sky.
De esta forma, encontramos una trama centrada en el ecologismo y el egoísmo de grandes corporaciones que esquilman recursos. En entorno de CiFi le viene perfecto, pero podría estar perfectamente enmarcada en el presente y el mensaje no perder ni un ápice de fuerza.
Pero un cómic no vive sólo de una gran historia. El estilo del dibujo y lo que quiere transmitirnos es muy importante también, y en Frontier, Singelin realiza un trabajo asombroso y espectacular del que hablaremos más adelante.
ECOLOGÍA Y MEGACORPORACIONES
Esta sería la historia de fondo que subyace en Frontier. En un futuro, la Tierra se ha quedado sin recursos naturales, por lo que megacorporaciones se dedican a explotar recursos en planetas y asteroides sin importar el daño que hacen al entorno. Esta ambición hace que tengan incluso ejércitos de mercenarios propios para sabotear las operaciones de las corporaciones rivales.
Otra consecuencia de esta política es el desprecio absoluto por la vida de sus empleados mientras no aporten un beneficio. Aunque sea un cliché, el punto de vista de megacorporaciones cinematográficas como Weyland-Yutani en la saga de Alien, Tyrell Corp. en Blade Runner o, incluso Umbrella en Resident Evil es fácilmente asociable en Frontier.
PERO TAMBIÉN HAY ALGO MAS …
Con una idea troncal tantas veces vista, Frontier no dejaría de ser una obra más, pero Singelin añade elementos que redondean la historia y que hacen oscilar el sentimiento que expresa desde sus páginas.
El personaje principal, Ji-Soo, es una científica a quien despojan del proyecto una sonda exploradora a la que ha dedicado su vida. La compra de su pequeña empresa por una megacorporación hace que la usan para buscar recursos en planetas distantes. El propósito de un bien para toda la humanidad, se convierte en un juguete para la búsqueda avara de recursos . Las protestas a sus superiores hacen que vaya poco a poca cayendo en desgracia y siendo relegada a puestos por debajo de sus aptitudes hasta acabar en una estación espacial que servirá de espacio para aunar las historias de otros dos personajes.
INTERACCIÓN DE PERSONAJES DE LAS CAPAS MÁS BAJAS
En esta estación espacial se juntarán varios personajes, cada uno con una historia de abuso laboral por parte de las megacorporaciones. Alex, un obrero que nació y creció en el espacio y que no pisado una superficie planetaria. La única vida que conoce es la de realizar pesados y peligrosos trabajos en el espacio a cambio de una mísera paga. Ha visto morir a los suficientes compañeros para que haya aceptado su negro destino.
Se les unirá Goku, un mono con el que experimentan de manera ilícita en la estación. Los dos razonan que la única forma de escapar de esta opresión y de un futuro negro y ya escrito, es huir de la estación en busca de una oportunidad en el espacio y los planetas recién colonizados.
EL ESPACIO, LA ÚLTIMA FRONTERA
A partir de aquí, y perseguidos por mercenarios, se acabarán estrellando en un planeta.
El otro personaje será Camina, una mercenaria de una de las megacorporaciones que hacen sabotaje entre ellas. En una misión que fracasa, pierde un brazo y varios compañeros, quedando relegada a una veterana lisiada sin ningún derecho después de sacrificarse por la compañía.
La vida con los colonos y la contante amenaza de la persecución, ocupan la parte central y más dinámica de Frontier.
La adquisición de un remolcador permite a los tres personajes comenzar una nueva vida en la frontera de la exploración humana, y desarrollar cada uno su propia trama desde el anonimato.
A partir de este punto, Frontier es un canto a la individualidad humana, a la búsqueda de la libertad y al optimismo, dentro de un tono sombrío y con ciertos toques de realidad.
EL DIBUJO DE FRONTIER … EL DIBUJO
Qué duda cabe que el apartado gráfico en un cómic es el primer estímulo que le entra a un lector para interesarle. El autor, su bagaje previo o la historia también influyen mucho, pero el dibujo, como la comida, entra por los ojos, y en el caso de Frontier, Singelin nos ofrece un trabajo apabullante.
De primeras, la estética kawaii de los personajes podría ser un freno y llevar a la conclusión errónea de que es una obra dulcificada, “cuqui “y de escasa profundidad. Pero nada más lejos de esto. Sólo hay que fijarse en la profusión de los detalles en cada una de las viñetas, las perspectivas de cámara y las viñetas sin bocadillos que sugieren y aportan mucho más a la historia que un texto o un diálogo.
Releyendo Frontier, descubro que casi todas las viñetas añaden contexto a la historia que se narra. Estas viñetas también juegan y redondean el sentimiento específico que quiere aportar Singelin en ese determinado punto de la historia.
Las naves espaciales, el interior de las estaciones espaciales, sus pasillos repletos de referencias, estructuras o acumulación de personajes perfectamente diferenciados aparecen en el primer tramo de Frontier. Pero cuando la acción se traslada a la superficie de un planeta, Singelin se recrea en amplios y cambiantes paisajes, destacando naturalezas indómitas y asentamientos que enfatizan el mensaje ecológico que quiere transmitir.
La utilización de colores vivos y muy contrastadas crea también unos ambientes mágicos. Los tonos más oscuros y apagados del principio, tanto en el espacio como en el interior de la estación, subrayan el tono melancólico y depresivo de la historia. Las tonalidades más brillantes en la superficie del planeta refuerzan la idea de esperanza y positivismo.
CRÍTICA
Frontier lo tiene todo para convertirse en uno de los mejores cómics de CiFi contemporáneos. El apartado gráfico con el detalladísimo y personal dibujo de Singelin, no oculta una historia intimista y cargada de denuncia social. Colocarla dentro del marco de una space opera de CiFi aumenta toda la carga emocional que quiere aportar el autor.
En sus casi 200 páginas, Frontier nos transporta a un universo donde la ambición humana ha soterrado cualquier viso de exploración espacial y búsqueda de un mejor futuro para la humanidad. Pero en este relato melancólico y a veces descorazonador, Singelin nos aporta un rayo de esperanza, un atisbo de que será la propia humanidad con su actitud quien le permita avanzar en un futuro mejor donde su desarrollo y expansión no entre en conflicto con la ambición desmesurada.
Su lectura debe ser pausada, degustando cada una de sus viñetas y recreándonos tanto en la historia rio como con los detallados fondos y su información no verbal.
Una obra muy recomendable y que precisa de una relectura para apreciarla más si cabe.