La Vieja Guardia, de John Scalzi. Marines espaciales
Si hay hoy en día una saga de Space ópera ligera de leer y con toques de humor, es sin duda, esta saga de John Scalzi que se inicia con La Vieja Guardia.
Dejando aparte cualquier polémica sobre el carácter pro-militarista o no de estas novelas, para mí no, está saga sobre marines coloniales con la que se inicia esta novela, bebe directamente de otros dos clásicos de la CF, John Haldeman con La Guerra Interminable, grandioso alegato anti-belicista y anti-Guerra de Vietnam, y , como no, de Robert Heinlein y su Tropas del espacio, posteriormente llevada al cine.
SINOPSIS
En el futuro, la humanidad se ha expandido por el espacio entrando en conflicto con otras razas por el control de planetas habitados. Como fuerza de choque, la Tierra cuenta con las Fuerzas de Defensa coloniales, las cuales tienen un curioso sistema de reclutamiento.
Debido a la inmensa sangría de vidas que se precisa para mantener las colonias espaciales, a los ancianos y ancianas terrestres se les da una segunda oportunidad:
Así, cuando el protagonista John Perry cumple 75 años, viudo y enfermo, se alista en las fuerzas de Defensa. A cambio de su compromiso en la lucha por defender a la humanidad allí donde le lleven las vicisitudes de la guerra, se le proporcionará un cuerpo rejuvenecido a los 20 años de edad.
ESTRUCTURA
La novela está dividida en tres partes, la primera nos intruduce al protagonista y el sistema de reclutamiento con todo el proceso que implica de extraer la consciencia y reimplantarlo a un clon de sí mismo a los veinte años, de hecho, a partir de ese momento el «ciudadano» consta como fallecido.
A partir de aquí, asistimos a la fase de entrenamiento de Perry y sus compañeros reclutas, con toda la parafernalia típica del sargento instructor puteándolos y dándoles un discurso de las casi nulas expectativas de vida, y que se encuentran con todo el saber que da la edad pero en el cuerpo de un veinteañero. De esta manera; las situaciones graciosas referidas a los nuevos horizontes que se le abren a los protagonistas en su nueva vida, y que habían olvidado: el vigor de la juventud, el deseo sexual, etc., se muestran, acelerando el ritmo de narración.
La tercera parte nos introduce en las primeras misiones de Perry con ataques de la infantería como carne de cañón o nula empatía de los mandos para mandar a la muerte a la gente. La introducción de una compañera que es físicamente su fallecida esposa hace que la novela tome un interesante derrotero.
CRÍTICA
Como decía, es una novela ligera, entretenida y con un ritmo ágil que logra que la leamos con relativa rapidez. El tema y el tratamiento que dá Scalzi a su primera novela puede dar la sensación que estemos delante de una novela para pasar el rato y ver cosas que ya hemos visto antes, pero esta novela contiene multitud de elementos originales, desde el sistema de reclutamiento con todo lo que implica a nivel psicológico, o el no menos curioso sistema de viaje interstelar. En el primer caso nos hace reflexionar como una persona anciana ante el ocaso de su vida, opta por una segunda oportunidad, con todo lo aprendido en su vida pero en un cuerpo de 20 años de edad. La penitencia es tener que luchar permanentemente, no poder regresar a la Tierra y con unas escasas posibilidades de supervivencia a un año vista.
En cuanto al original sistema de viaje, mejor descubrirlo leyendo la novela.
EPÍLOGO
Podría parecer que estamos hablando de un clon de Heinlein o una forma de seguir la estela de la película Starship Troopers, pero en esta novela, Scalzi, la dota del suficiente desenfado y aportando elementos curiosos como el hecho de que debido a algo del pasado no aclarado, sólo los habitantes del tercer mundo tienen el derecho a colonizar nuevos planetas y los habitantes del “primer mundo” actual son la carne de cañón necesaria.
También se aprecia cierta riqueza narrativa mostrando los enfrentamientos con alienigenas de todo tipo, muertes más o menos absurdas y acción en estado puro. Scalzi nos muestra la crudeza de la guerra, muy lejos de heroicidades y más cerca de decisiones absurdas o despilfarro de vidas.
En definitiva, una lectura rápida y ágil y donde el humor al principio y la ironía después son sus principales sellos de identidad. Una novela que, aunque parece mostrar cosas ya vista, le dá una vuelta de tuerca sin llegar a ser un alegato antimilitarista o un estudio sobre los horrores de la guerra. Bajo la capa superficial de un tratamiento liviano del tema, emerger una novela que, pasado el tiempo, hace que recordemos con agrado.
PD. Para este 2018 está prevista una serie sobre esta saga de Scalzi, recopilando , en teoría todas las novelas de la saga, 6 hasta el momento. Veremos qué tal queda el tema.