Proyecto Hail Mary, Andy Weir lo ha vuelto a lograr
Con Proyecto Hail Mary, Andy Weir se ha superado a si mismo, ofreciendo un relato que, en esencia copiaba la situación de El Marciano, colocando a un solitario astronauta frente a una situación de vida o muerte en espacio.
Pero, en este caso, Weir es capaz de dar una espectacular vuelta de tuerca y ofrecer, además, una historia que toca más tropos de la ciencia ficción hard con toques apocalípticos, primer contacto y todo un despliegue de ciencia plausible que hace que el lector devore las páginas con rapidez.
SINOPSIS
La historia de Proyecto Hail Mary arranca con dos líneas argumentales por así decirlo. Por un lado, tenemos a alguien que se despierta en un recinto aséptico, enganchado a multitud de tubos, junto a dos cadáveres y con una fuerte amnesia, que le lleva a no recordar ni su nombre, ni el lugar o propósito de su situación.
A fuerza comenzar a recordar, descubrirá su nombre, que se encuentra en una nave especial y que es capaz de calcular o discernir su localización, y de esta manera descubrir que tiene conocimientos avanzados de ciencia.
Precisamente, al saber su localización, le permite tener claro que no se encuentra en el sistema solar, y poco a poco su mente comienza a recordar cómo ha llegado ahí y cuál es su propósito.
UN COMIENZO
Mediante una serie de flashbacks por parte de la paulatinamente recuperada mente de Ryland (que así se llama nuestro protagonista), nos enteramos de que, en la Tierra de un futuro muy próximo, los científicos han descubierto una serie de partículas que trazan una línea desde la corona solar hasta la atmósfera de Venus.
Estos puntos están cargados de energía procedente del sol, pero este tipo de partículas se multiplican exponencialmente y drenando la energía solar.
Este drenado va a ocasionar una era glacial en la Tierra en pocos años, con lo cual, la humanidad se enfrenta a una pronta extinción.
LA HUMANIDAD EN APUROS, PERO UNIDA
Las investigaciones concluyen que las partículas se tratan de unas bacterias que son bautizadas como astrófagos y que la misma situación que ocurre en la Tierra, se da en otra estrella cercana, Epsilon Eridani, pero no en una tercera estrella de la vecindad, Tau Ceti.
Por lo tanto, el plan científico es mandar una nave para averiguar porque el problema no se da en esa estrella.
Para ello, la humanidad se une bajo una misma causa, destinando todos los recursos a la expedición y tratar de agotar la última bala.
NUESTRO HEROE ENTRA EN ACCION
Ryland es, en ese momento, profesor de instituto. Era un reputado científico que, a causa de una teoría sobre exobiología, sufrió el rechazo de la comunidad científica, siendo rescatado por la coordinadora del proyecto y enviado a un laboratorio para averiguar más sobre los astrófagos.
Estas investigaciones llevan a utilizar los astrófagos como combustible para la nave que va a viajar, dado el gran potencial energético que almacenan.
TAU CETI
Al llegar a Tau Ceti descubre otra nave procedente de Epsilon Eridani con una tripulación que viene con la misma visión de parar la amenaza.
Y es en este punto, donde la novela da un salto de calidad tremendo. Weir retrata con gran rigor e imaginación a una raza extraterrestre y a su protagonista, Rocket.
Tanto su morfología, atmósfera, y, sobre todo, forma de comunicación entre especies que en ningún momento se consideran beligerantes, si no que colaboran en un problema común, es otro de los grandes aciertos de Weir.
El autor se toma el tiempo necesario para diseñar y que el lector entienda el proceso de aprendizaje y comunicación mutua entre ambas razas y es totalmente intuitivo para el lector y en el aprendizaje participa el lector de manera activa.
AMIGO MIO
Este entendimiento mutuo hace que la novela nos ofrezca una historia de amistad y cooperación mostrada, por ejemplo, en el clásico Enemigo Mío.
A partir de aquí será toda una carrera contrarreloj para descubrir la forma de frenar a los astrófagos y ofrecer la solución a sus propios planetas antes de que sus estrellas dejen de emitir la necesaria energía.
CIENCIA PLAUSIBLE Y CERCANA
Como ocurría en El Marciano, Weir se apoya en la ciencia y en la improvisación de sus personajes para encarar tanto el problema general como los problemas derivadas y secundarios que se van sucediendo. Todo esto, de una forma clara y didáctica que en muy contadas ocasiones saca al lector.
En mi caso, me han resultado plausible cada una de las explicaciones y experimentos. En el apartado de biología o química, sí que he andado perdido en algunos puntos pero Weir ofrece las oportunas explicaciones para sonarnos con cierto de lógica y certeza.
Todo el tema de la nave, sus procesos de aceleración y rotación están perfectamente explicados y se apoyan en leyes físicas demostradas, sin necesidad de optar por deus ex machinas para acentuar la acción.
Asimismo, la obtención de energía y la adopción de elementos y diseños que funcionan en detrimentos de materiales o fuentes de energía teóricas y sin probar, es otro tema que dota de plausibilidad al relato.
Weir ahonda en la teoría de que es más fácil construir una nave con la tecnología que se sabe eficaz y demostrable que optar por elementos punteros pero que han sido poco probados.
FLASHBACKS Y ESTRUCTURA LINEAL
Este es el gran acierto de Weir en Proyecto Hail Mary. Nos coloca al protagonista y al lector con los mismos datos desde el principio, totalmente desorientado y teniendo que ir recuperando pedazos de su memoria y pasándola al lector mediante flashbacks.
Si el orden hubiera sido otro, partir del problema detecta en la Tierra, todo el proceso de creación de la nave, su envío y rama en Tau Ceti, la novela hubiera sido demasiado lineal y monótona.
Con esta estructura, el lector queda ansioso por saber algo más del pasado de la misión y, con esa nueva información, su aplicación al problema y momento presente.
PERSONAJES
Este es otro de los grandes avances de Weir. En El Marciano teníamos a único protagonista, aunque toda la trama de sus compañeros astronautas y científicos de la NASA para lograr su rescate también tenían su cuota, pero el protagonismo era más claro.
Artemisa, su siguiente novela, era algo más coral, aunque para mí fallida en el tema personajes, sobre todo en el principal.
En Proyecto Hail Mary, Weir se reconcilia un tanto al ofrecernos dos personajes principales, el alienígena Rocket, al que Weir va a moldear desde el principio y vamos a llegar a entenderlo y muy pronto adaptarlo a los estándares humanos.
Acostumbrados a extraterrestres con su cuota de peligro, Weir nos muestra un personaje totalmente entrañable y dotado de una empatía y de una inteligencia que deja a la humanidad un peldaño por debajo.
El otro es Ryland Grace, alguien que al principio podemos pensar que es un trasunto de Mark Watney en El Marciano, pero que iremos viendo que se trata de un personaje más familiar, un científico metido a astronauta que sufre unos miedos e inseguridades con las que el lector es más fácil que empatice al alejarse del férreo y disciplinado protagonista de El Marciano.
No hay que dejar de lado a otro de los personajes principales, Stratt, la coordinadora de todo el proyecto y que ostenta el poder de reclamar a cualquier gobierno la ayuda o recursos necesarios para llevar a cabo el plan.
Se trata de una mujer fuerte, con un temperamento autoritario pero que sabe perfectamente lo que la humanidad se juega, pero a la vez es capaz de tener los pies en el suelo para confesarse con Ryland sobre lo que puede deparar la Humanidad el tiempo de espera hasta que la nave llegue a Tau Ceti y de con la solución.
En este aspecto, muy destacable toda la trama para provocar un calentamiento global que retrase la pérdida de calor terrestre y ralentiza el proceso de congelación, y el futuro plausible de la humanidad cuando empiecen los problemas climáticos y los gobiernos dejen de cooperar para ir cada uno por su lado buscando preservar o arrebatar recursos.
CRÍTICA
Con Proyecto Hail Mary, Weir consigue una novela de ciencia ficción hard, con explicación continua de la ciencia aplicada a cada acción, perro de una manera clara y didáctica, sabiendo que el lector medio no tiene porque tener doctorados para seguir el argumento.
Por otro lado, la novela es un canto a la cooperación y el entendimiento, tanto en el tema de una humanidad unida en un proyecto común, como en toda la trama de cooperación entre ambas especies para dar con una solución final y traspasar ese espíritu a lo cotidiano.
El ritmo de la novela es frenético con capítulos cortos y digeribles y las continuas sucesiones de flashbacks ayudan a desconectar y conectar continuamente los dos ambientes que ofrece la historia.
En resumen, una novela que puede frenar a los lectores que creen que van a encontrarse con un lenguaje y explicaciones científicas complicadas, pero esas explicaciones están realizadas con un lenguaje didáctico y comprensible.
Luego, como decía, las continuas trabas que se va encontrado el personaje y como las va solucionando y sobre todo la especialísima relación entre Ryland y Rocket, conforman una lectora muy recomendable.
** Una curiosidad sobre el nombre del libro que juega con el doble sentido. Hail Mary, aparte de significar un ruego católico a la Virgen María para tratar de solucionar el problema que tiene planteado la humanidad, significa en fútbol americano un pase desesperado, un último tiro para tratar de ganar el partido.