El Inmortal Hulk 1. Hombre, monstruo o ambos?
Una de las mejores colecciones actuales de Marvel es este Inmortal Hulk de Al Ewing y Joe Bennet. La dicotomía de superhéroe y monstruo alcanza las cotas más terroríficas en una obra que desarrolla la cuestión de la naturaleza del gigante esmeralda, su inmortalidad y el lado más oscuro y salvaje de una criatura que desata todos los miedos primigenios del lector.
BRUCE BANNER / HULK, EL MODERNO JEKYLL Y HYDE
El punto de partida de Stan Lee, Jack Kirby y Steve Dikto a la hora de crear al gigante (gris al principio, esmeralda a posteriori), fue, evidentemente, el mito de Jekyll y Hyde, la dualidad inherente en todo humano y que Robert L. Stevenson, con maestría muestra como las dos caras de la misma moneda. La persona íntegra y recta y su alter ego, oscuro y capaz de encarnar lo peor de la condición humana.
Al crear Hulk como un moderno Hyde, no se le dotó de excesiva complejidad, lógicamente. En su lugar se nos presentaba alguien diferente al brillante científico Bruce Banner con historias alejadas del superhéroe.
A la larga, ambos monstruos personifican la ira y la furia reprimida de sus respectivos personajes originales.
EVOLUCIÓN DEL PERSONAJE
Hulk va mutando en los cómic como el ariete de los Vengadores, alguien en vanguardia destrozando todo a su paso pero que no recibe ningún reconocimiento por ello, más bien al contrario, causa repulsión y miedo. Básicamente, nadie le va a agradecer que salve el día teniendo en cuenta el destrozo que hace para lograrlo.
De ahí pasó a ser alguien molesto, alguien a quien apartar para evitar la destrucción que acarreaba a su paso. El ejemplo de esta época es el muy reivindicable Planeta Hulk.
Las últimas encarnaciones de Hulk dentro del UCM han destrozado, para mi gusto, el personaje. Ahora es un colega, un buen tío, una versión mazada de Banner, alejado de sus rasgos de bestia sin inteligencia y dejando en su lugar a alguien convertido en parodia de su esencia característica.
Por estas razones, el Hulk de Ewing es una revisión acertada y una vuelta, con más fuerza, a esa aura oscura que casa tan bien con el personaje.
AL EWING Y LA TERRORIFICA REVISIÓN DE HULK
Ewing parte de una pregunta planteada a partir de la última “muerte” de Hulk, cuando Banner pide a Ojo de Halcón que lo mate con unas flechas especiales. Banner ha muerto, pero ¿Lo ha hecho también Hulk? Y aquí Ewing responde: No, Hulk es inmortal. Tras cada muerte de Banner, renace el monstruo.
Con esta atrayente premisa, Ewing nos sumerge en un relato donde el terror constituye el pilar central. Los ecos a La Cosa del Pantano de Alan Moore o los monstruos de la Hammer, tienen un perfecto reflejo en una historia apasionante.
EL CONCEPTO DE LA ETERNA RESURRECCION
Tradicionalmente, en el mundo de los comics, los personajes han muerto y resucitado por imperativos comerciales, al culminar etapas, por bajada de ventas o búsqueda de futuros relanzamientos, pero Ewing va un paso más allá y plantea un ciclo infinito de muerte y resurrección. La muerte de Banner acarrea que es Hulk quien resucita para tomar venganza y reiniciar el ciclo. Banner no puede escapar de Hulk y viceversa, ambos están condenados a coexistir con esta maldición.
Pero también tenemos una curiosa reflexión: Banner utiliza su parte oscura para solucionar una injusticia, atrapar otros monstruos (que los hay), y que bajo su forma humana no puede detener ¿Es reprochable usar esa parte oscura para un fin?
INMORTAL HULK 1, O AMBOS
Este primer número juntaba las 5 primeras grapas y un número de Los Vengadores, Sin Rendición, que sienta las bases de la inmortalidad de Hulk más allá de la muerte de Banner.
A partir de aquí, la estructura es muy parecida a la serie de los 70 antes comentada. Bruce Banner es una persona anónima que vagabundea por pueblos de la América profunda.
En el atraco a una gasolinera es asesinado junto a otras personas, entre ellos una niña, ya en la morgue, es Hulk quien resucita, un Hulk vengativo, más violento si cabe, y que conserva los recuerdos de quien ha ocasionado el mal. El resultado es buscar y ajusticiar a quienes han perpetrado el crimen.
Pero no se contenta con ello, antes debe mostrarse ante el criminal e infundirle un terror y miedo.
El destrozo creado a su alrededor despierta el interés de una reportera que comienza una caza para hacerse con la exclusiva. Según todos los testigos y pruebas alguien que se debía estar muerto ha vuelto a la vida y no precisamente su mejor versión.
La segunda historia bebe de un terror más clásico al verse involucrado en las misteriosas muertes acaecidas en un pueblo. Lo que va a descubrir es algo aterrador y su resolución será más impactante aún.
La tercera historia es un experimento curioso. Bajo el título de Punto de Vista, varios dibujantes con estilos diferentes ofrecen el relato de uno de los encuentros de Hulk con un malvado desde ópticas diferentes y con un dibujo y un subtexto que casan perfectamente con el personaje que lo relata: un policía, el dueño de una tienda, una mujer mayor y un cura con remordimientos.
Las historias 4 y 5 se relacionan, al incluir a un personaje anterior, Sasquatch, el Hulk canadiense, por así decirlo, antiguo amigo de Banner y que ayuda a Jackie McGee, la periodista a encontrarse con Banner, y por extensión con Hulk. El tema es que el Sasquatch tampoco parece trigo limpio y oculta algo más tenebroso de lo normal.
REFERENCIAS HOMENAJES Y SUBTEXTO
La primera historia plantea un episodio prototipo de la serie de los 70. Banner escondiéndose de todos y todo, tratando de pasar desapercibido y sujetando, dentro de sus posibilidades que no se desate su violento alter ego.
Su muerte provoca la resurrección de Hulk en un papel de jurado, juez y verdugo y que realiza lo que Banner no es capaz de atreverse, pero llevado hasta el extremo.
Estas primeras historias parecen llevarnos a esa conclusión, pero la última historia es la que hace dar un vuelco a todo lo que presuponíamos hasta ese momento.
También el personaje de la periodista Jackie McGee es un homenaje a su homónimo en masculino y que perseguía a Banner/Hulk en la serie. La mítica frase de Banner a McGee sobre que no le gustaría verle enfadado es ya todo un clásico.
La segunda historia con las extrañas muertes en un pueblo pasaría perfectamente por un episodio Creepshow pero dejando de lado la fina ironía de algunas de las historias y centrándose en el aspecto del terror.
La tercera historia, aunque es bastante original, puede que sea la más floja de todas. Finalmente, todo el arco del Sasquatch es muy bueno para enfocar la trama general en una dirección insospechada.
De hecho, este perfecto cierre de volumen plantea más una lucha entre monstruos que de superhéroes, y a la vez introduce un concepto y personaje tratado varios años antes y que deja el campo abonado para un potente desarrollo futuro.
Un futuro donde el público y el amor de Banner comienzan a creer que el gigante esmeralda, posiblemente, ha vuelto de entre los muertos.
AL EWING AL GUIÓN
El enfoque dado por británico Al Ewing a este Hulk es perfecto. La historia del ciclo eterno de muerte y resurrección ha sido llevada a la literatura y el cine, pero aplicado a un ser de las características de Hulk, abre un mundo de posibilidades que Ewing explota con habilidad.
No es un Hulk que destroza por destrozar, es un monstruo vengativo y que nos muestra una oscuridad y desasosiego en un personaje que, aunque sabíamos que estaba ahí, no había sido adecuadamente explotado.
El cómic es violento, Hulk no tiene compasión en tomarse la justica por su mano y no de manera delicada precisamente.
También el giro de guion en la parte final sirva para congraciarnos un tanto con el personaje y dejarnos con las ganas de profundizar en un personaje y en un acontecimiento claves para el desarrollo de la trama.
JOE BENNET A LOS LÁPICES
El arte del brasileño Joe Bennet casa perfectamente con la atmósfera que impregna la obra. Impagables los primeros planos de las expresiones de ira incontenida de Hulk (sus ojos, sobre todo). También las máscaras de terror de sus víctimas, y en general toda la expresividad del cuerpo, brazos y piernas, acentúa la sensación angustiosa y oscura.
Las tintas también tienen su importancia con esa paleta de tonos oscuros ocres y azules.
Mención aparte las portadas hiperrealistas de un maestro como Alex Ross mostrando a Hulk en todo su esplendor (punto especial a la portada donde Hulk observa en inmenso agujero que le han hecho en su cuerpo).
CRÍTICA FINAL
Este primer tomo (el sexto aparece estos días cuando se publica esta entrada), es una muestra perfecta de lo que nos espera, y puedo asegurar que el tema mejora a todos los niveles. La galería de horrores, acción y reflexión que hacen de esta colección una de las mejores que ofrece Marvel en la actualidad.
No es preciso saber nada de la anterior obra de Hulk, Ewing nos introduce con facilidad y deja un par de ideas muy puntuales y reversionadas anteriormente, para que casen con el nuevo paradigma del gigante esmeralda.
Si tienes que embarcarte en una nueva colección superheróica, con un enfoque novedoso, este Inmortal Hulk es la mejor opción.
