El Ladrón de Lengua Negra, Christopher Buehlman: Fantasía, oscuridad y humor
El Ladrón de Lengua Negra de Christopher Buehlman, es una de esas novelas que cuesta dejar cuando acabas la última página.
La novela destila fantasía, oscuridad, un mundo y trasfondo detalladísimo, personajes perfectamente definidos y bastante humor con muchos toques de ironía.
Los puntos antes indicados los desarrollaré más adelante en profundidad, pero el conjunto constituye una lectura ágil, con un ritmo muy conseguido que alterna situaciones trepidantes y humorísticas, con pasajes depresivos, terroríficos y, que, en muchos casos, dejan puna punzada profunda.
Su narración primera persona me parece todo un acierto y la forma de realizarse esta narración, es posiblemente uno de sus principales puntales.
SINOPSIS
Kinch Na Shannack es nuestro protagonista. Un ladrón perteneciente al gremio homónimo pero cuyos tentáculos parecen abarcar algo más siniestro.
Como consecuencia de su aprendizaje en el gremio, Kinch arrastra una deuda que debe ir pagando y ya tiene tatuado una curiosa señal que le ocasiona algún que otro quebradero de cabeza (si a la vista del tatuaje, alguien le golpea, tiene derecho a una cerveza gratis).
Kinch debe conformarse con juntarse con otras bandas para perpetrar asaltos en caminos hasta que tropiezan con la persona equivocada. Se trata del segundo personaje importante, Galva, una caballera con una misteriosa misión en un país lejano.
Curiosamente, o no tanto. Su encuentro provoca que el gremio le obligue a Kinch a ser su compañero de aventura. En el camino se les unirá Norrigal, una joven aprendiz de bruja. Más tarde también se les unirá un antiguo amigo/enemigo de la juventud de Kinch.
Juntos van a deambular por este continente, atravesando países distintos en cuento a idioma, creencias y costumbres mientras van avanzando hasta su destino en una misión que tiene bastante de suicida.
EL UNIVERSO DE EL LADRÓN DE LENGUA NEGRA
Viendo esta sinopsis, es fácil pensar que nos encontramos en la típica y tópica historia de fantasía. Con el camino del héroe, el grupo de aventureros embarcados en una búsqueda peligrosa, etc., etc.
Es cierto, pero lo que hace especial y diferente a esta novela es su construcción en todos los sentidos.
Para empezar, tenemos un continente constituido por varios países que vienen arrastrando una guerra brutal contra los goblins. Una guerra tan salvaje, que prácticamente ha acabado con los varones en este mundo, diezmados por la lucha y enfermedades. De hecho, en la última incursión goblin, tuvieron que ser las mujeres quienes tomaran las armas.
Otra de las consecuencias de estas guerras brutales (curiosamente ganadas por los humanos), es la aniquilación de los caballos mediante un veneno goblin.
El mundo se va recuperando paulatinamente de estas guerras pero en viaje aún van encontrado consecuencias en forma de miedos, devastaciones o cambios de hábito de la gente.
GREMIOS Y MAGIA
Kinch no es sólo un ladrón con habilidades para trepar, abrir cerraduras o camuflarse. El gremio también establece una serie de habilidades mágicas básicas para desarrollar su “trabajo”.
Aparte Kinch tiene dos habilidades propias por así decirlo. Una escondida (La habilidad de leer cualquier lengua escrita). Habilidad muy demandada por la parte más oscura del gremio con lo cual es mejor no demostrar su posesión. Su otra habilidad, es la suerte. Kinch es capaz de anticiparse a como se va a desarrollar una situación ver si hay visos de salir indemne o no.
El tema de los tatuajes, su significado y consecuencias, es otro de los originales puntos de El Ladrón de Lengua Negra y Buehlman saca mucho partido de ello.
También la interacción con brujas y magos, Norrigal sobre todo con su arsenal que lleva a cuesta, ayudan a mantener un tono mágico esencial en la fantasía, pero sin llegar a ser troncal.
CONSTRUCCIÓN
Lo primero que choca de la novela es la narración en primera persona por parte de Kinch. Evidentemente no es algo nunca visto. La novedad consiste en el tono. Otras novelas en primera persona parecen narradas de forma que el lector está LEYENDO los acontecimientos. Aquí Kinch nos lo relata con la sensación de que estamos sentados frente a frente en una taberna y está soltando sus aventuras.
La carga de ironía, cinismo y mala leche impregna todos los monólogo y episodios de la novela. Es imposible no sentirnos transportados al escenario descrito anteriormente y disfrutar de las divagaciones de ¿un loco, un borracho, un fanfarrón?
La inserción de canciones con textos graciosos o deprimentes, obras de teatro que no parecen tener relación y anécdotas pasadas con saltos temporales, ayudan a desconectar al lector de la narración presente, darle un respiro, y en muchos casos, dejarnos con ganas de saber más de estas interrupciones aparentemente inconexas.
LA DIFICIL MEZCLA DE HUMOR Y TRAGEDIA
Esta compleja dicotomía en El Ladrón de Lengua Negra, está perfectamente salvada por parte de Buehlman. Los chascarrillos cómicos, las anécdotas y ocurrencias absurdas, las situaciones humorísticas, en definitiva, están muy presentes en la novela. La cantidad de perlas de sabiduría y de humos negro, sólo es comparable a las ofrecidas por Nicholas Eames en su magnífica Reyes de las Tierras Salvajes y su continuación. Pero en vez de caer en la sátira y el humor continuado, el autor rompe la paz del lector, con situaciones cargadas de dramatismo, violencia, salvajismo y terror.
Algunas de ellas, dejan posos durante varias páginas. Pero rápidamente se nos vuelve a narrar una anécdota, una situación posterior, que alivia la presión, pero sin eliminarla completamente. Por lo tanto, el tono durante toda la novela es de una continua montaña rusa que, aunque deja la idea de una aventura divertida, subyace un poso de amargura, depresión y angustia que hace redonda la novela.
GRIMDARK, ACCION Y TERROR
El Ladrón de Lengua Negra se enclava claramente dentro del género grimdark. Sus personajes no son blancos o negros. El gris es el tono característico. Personajes que pueden realizar acciones reprobables, pero hasta cierto punto justificables, o que no dudan en sacrificarse en salvar a alguien en apuros.
La acción es frenética y aderezada con los episodios salteados de humor y dramatismo. El cambio de escenario es continuo y muy bien planteado. Pasamos de tierras yermas, a aldeas sucias con habitantes poco o nada amistosos, aventuras a bordo de barcos con mares peligrosos, llanuras nevadas, ciudades de pasado esplendor … en definitiva, una galería de paisajes y ambientes muy variopintos y que no distraen al lector ante tanto cambio.
Las anécdotas humorísticas contadas por Kinch, los diálogos entre los personajes, y las acciones absurdas con las que se encuentran son muy disfrutables. En contraposición, cuando narra el sufrimiento de las guerras pasadas y sus consecuencias, también hace que se nos encoja el corazón. Hay un par de episodios en el barco y en un barrio oscuro de una ciudad que, separados, constituyen un magnífico relato de terror.
PERSONAJES
Esta faceta también está muy bien lograda en El Ladrón de Lengua Negra.
No he encontrado un personaje en todo el libro con el que no haya empatizado teniendo un carácter tan dispar entre ellos.
Evidentemente, Kinch juega con ventaja al ser el personaje más desarrollado. Vemos que es un ladrón, pero lo que tiene de deshonesto lo tiene de pragmático. Roba porque es necesario, pero no se ensaña. Juega sin hacer trampas, pero es capaz de desplumar a cualquiera.
Su relación con Norrigal es otra muestra de que nos encontramos ante alguien capaz de comprometerse y de tener un corazón.
Es alguien que fue al gremio de Ladrones para librarse del reclutamiento para la guerra ¿un cobarde? ¿un pragmático? ¿un superviviente nato? Más bien lo último porque es alguien que no duda en meterse en situaciones complicadas y de ayudar a quien se encuentre en apuros.
Galva es una caballera de Ispanthia, anterior país orgulloso de sus caballos. Su rectitud choca al principio con Kinch, pero la habilidad guerrera y el dejarle al ladrón cuerda para que les saque de muchas situaciones, es un punto muy logrado. Con Galva también vamos a ir profundizando en su misteriosa misión, en lo que representó para su país la pérdida de los caballos y si identidad.
Curioso que, siendo el segundo personaje en importancia por número de páginas, sea de los que menos línea de diálogo tenga.
Norrigal es la joven bruja que se une a Kinch y Galva. No deja de ser cierta imposición, pero su habilidades mágicas son muy necesarias durante la aventura.
También su relación con Kinch es uno de los hilos continuados del relato y está perfectamente llevado.
El resto de los personajes principales también tienen un papel muy destacado y su interacción con el trio protagonista está bien hilvanado. Desde el amigo de Kinch que le reprocha su “deserción” en la juventud, pasando por una curiosa bruja y no menos curiosa casa y habilidad, y terminando por un gato ciego que oculta un misterio.
¿QUÉ MÁS SE PUEDE DECIR?
¿Buscas un relato con acción? ¿Humor y tragedia a partes iguales? ¿Seres fantásticos y terribles e inquietantes? ¿Un mundo rico en matices con un trasfondo trágico?
Sin lugar a duda, El Ladrón de Lengua Negra, no dejará indiferente a nadie. Aunque es la primera de una serie, esta novela, con su desenlace sorprendente y satisfactorio, es perfectamente auto conclusiva. Buehlman ha atado cabos, pero ha dejado los suficientes sueltos para dejarnos con las ganas y la incertidumbre por conocer su desarrollo.
Habrá que pedir al tabernero que traiga otra ronda para que Kinch suelte la lengua y continúe haciéndonos reír a carcajadas e intranquilizarnos a la vez. Por cierto, lo de la lengua negra tiene explicación.