Paper Girls, 1-3. Brian K. Vaughan y Cliff Chiang
Que Paper Girls no es el cómic que podíamos pensar en un principio queda claro cuando vemos quien es su guionista, un sublime Brian K. Vaughan.
Vaughan desarrolla en Paper Girl una historia de la manera que nos tiene acostumbrados. Un cómic capaz de mostrarnos una posible dirección, y apenas unas viñetas después, dar un golpe de efecto y tomar un rumbo bizarro. El autor nos pide paciencia para unir los dispersos hilos y ofrecer una coherencia que al principio nos parece imposible, pero que logra.
No en vano, Vaughan es uno de los guionistas más premiados de los últimos años y en su trabajo, aún en publicación, Saga, nos da una muestra del talento e imaginación para desarrollar historias confusas de inicio, ricas en matices y que va a atando con el transcurso de los números. Incluso trabajos más contenidos como The Private Eye, muestran la maestría de éster autor.
EDICIÓN
Paper Girls es un comic de 30 grapas autoconclusivo, que se ha editado de varias maneras. Una de ellas son 6 volúmenes y en esta entrada se reseña la primera mitad. Recientemente se ha vuelto a editar en dos volúmenes integrales, por lo que esta reseña cubriría también el primer integral.
PAPER GIRLS, ESENCIA OCHENTERA
La trama principal nos traslada a los años 80 en los suburbios de la ciudad de Cleveland. 4 jovencitas pre-adolescentes se dedican a repartir periódicos de madrugada por su barrio. Son Erin, KJ, Tiffany y MacKenzie (Mac). Cada una de ellas representando un etnia, rasgo cultural y situación familiar. Erin, la protagonista es una asiática católica, sobreprotectora con su hermana menor. Tiffany es una chica negra adoptada, KJ es judía y la que parece tener la cabeza más amueblada de todas. Por el contrario, Mac es una chica rebelde y contraria a las normas que le establecen los mayores. También es una fumadora empedernida y propensa al insulto y buscar líos.
Las 4 chicas realizan su jornada en la madrugada del día de Halloween, y lo que podría parecer una noche movida con los últimos rezagados de la fiesta nocturna, acaba convirtiéndose en una locura continua con personajes salidos de cualquier lugar y tiempo. Si, tiempo, porque la trama pronto va a derivar en una serie de viajes en el tiempo, tanto en un par de décadas en el futuro como a un lejano pasado y futuro.
Las aventuras, giros inexplicables (de momento), y personajes, se van sucediendo sin solución de continuidad. El ritmo de la narración es altísimo y hace que el lector participe de ese frenetismo.
VAUGHAN Y LOS VIAJES EN EL TIEMPO COMO EXCUSA
Leyendo Paper Girls, parecería que el eje principal es, una historia (una más) de viajes en tiempo. Si y no. Vaughan ha utilizado ese recurso como capa principal, pero debajo de ella el autor incluye muchos otros temas interesantes.
Tenemos el paso a la madures de 4 pre-adolescentes. Los viajes en el tiempo las enfrentan a su propios temores, a lo que pueden acabar siendo en un futuro próximo y en el temor a crecer y no saber enfrentarse a ese reto.
También se aprecia la incomprensión a las ideas de los mayores. Vaughan, en un gran ejercicio de guión, apunta muy bien este punto al dotar de idioma propio a los seres adultos provenientes del futuro que interaccionan con ellas.
Los bocadillos con signos raros y alfabeto propio cuando hablan estos personajes hacen que el lector se sienta como las chicas: NO LES ENTIENDEN. Una metáfora de la incomprensión de la juventud por los asuntos de los adultos.
NOTA: Más adelante, los autores incluyen este alfabeto para una segunda lectura y comprensión de estas viñetas.
LOS AÑOS 80
Vaughan también ha incluido un toque nostálgico a los años 80 en Paper Girls. Puede que haya cierto componente autobiográfico al centrar la acción a finales de la década de los 80 en los suburbios de su ciudad natal, Cleveland, y con 4 protagonistas haciendo un trabajo que hacía él con su edad.
Son constantes las referencias cinéfilas y televisivas en los diálogos entre las chicas
Ese marco temporal, también le sirve a Vaughan para explorar situaciones cotidianas de esa época y que ahora chocan. Tenemos el constante miedo a un apocalipsis nuclear. Erin es el vivo ejemplo de ese miedo. Por otro lado, nos encontramos con elementos tecnológicos de la época y que ahora están sobrepasados (puntazo el GPS hipervitaminado con un conocido logo frutal).
También los propios comportamientos sociales de esa época y su reflejo actual tienen cabida. La facilidad con que Mac insulta a la gente de su alrededor, llamando “maricas”, e incluso “sidosos” a quien acosan a Erin. Unos insultos que estaban extendidos en su época y que Vaughan aprovecha para demostrarnos y dejar claro que esos comportamientos “normales” en esa época, no deben ni debe tener cabida en la actualidad.
Incluso la distinta condición religiosa y racial entre las 4 chichas, no es óbice para que se lleven de maravilla, denunciando otra lacra actual como es el racismo.
UN GUIÓN TREPIDANTE Y QUE ENGANCHA
El guión de Vaughan es magnífico. Leído de manera continuada sus tomos, nos hacemos cargo de que la gran cantidad de giros y situaciones inexplicables que el autor nos va soltando, tienen un porque y una explicación con cierta coherencia.
Como decía, la historia puede parecer confusa al principio, pero vemos que subyacen varias capas por debajo del relato aventurero de 4 chicas viajando en el tiempo.
Su lectura requiere una cierta paciencia inicial y dar por supuesto las situaciones bizarras y rocambolescas. Como en todo buen cómic, una segunda lectura nos lleva a apreciar los diferentes puntos que inserta en guionista para dar un contexto mayor a la obra.
APARTADO GRÁFICO
De este apartado se ocupa Cliff Chiang. Con un estilo sencillo, pero a la vez muy realista y dinámico, consigue redondear las situaciones propuestas por Vaughan.
El detalle queda bastante tamizado, pero haciendo hincapié en el contexto narrativo de la viñeta. Así, deja aparte toda visualización de fondos para centrarse en los detalles que aportan peso a la historia. Desde los rostros de los personajes, vestuario y vehículos de la época … etc.
También la concepción de pasado y futuro está perfectamente solucionada. Vaughan no hace mucha descripción de estas dos época, lo deja casi como un tema secundario y Chiang aporta las dosis precisas de grafismo para que esta descripción no sea más explícita que la del propio guion.
La inclusión de splash pages en cada número (casi todas geniales), no hacen más que acentuar el gran trabajo gráfico.
Trabajo gráfico que lo redondea el colorista Matt Wilson. Con toques casi monocromáticos, fríos, iluminaciones interiores coloreadas y que compone buenas páginas al dotarlas de una uniformidad muy atrayente y que, incluso en las portadas realiza un trabajo perfecto.
CRÍTICA FINAL
Vaughan ha conseguido una historia trepidante, con continuos y estrambóticos giros pero que incluso éstos quedan explicados con posterioridad e incluso hilos sueltos que habíamos dejado pasar.
Así pues, tenemos una obra muy disfrutable al finalizarla. Tal vez lo mejor sea leerlo de forma continuada, hilvanando las situaciones y entendiendo todas las subtramas planteadas.
En apenas unos meses se va a proyectar en Prime Vídeo, la serie basada en este cómic. Veremos el tratamiento que se le da. Al menos el primer teaser hace hincapie en una frase que resume la relación entre las 4 chicas: “Salvar el mundo significa llevarse bien primero”.