La Justicia de los Reyes, Richard Swan
Con La Justicia de los Dioses de Richard Swan, se inicia una nueva trilogía de fantasía grimdark El Imperio del Lobo. Nos encontramos ante un universo bastante interesante tanto en el apartado geopolítico como de facciones presentes, acción y dosis muy contenidas de magia.
EL IMPERIO
El arranque tiene su punto curioso. Nos encontramos en un imperio que, por la fuerza de las armas, ha dominado los reinos vecinos hace unos 50 años, junto a una última guerra de anexión ocurrida 20 años atrás.
Ahora todo el Imperio Sovano se rige por las mismas leyes, y entre ellas, existen los magistrados de Justicia, capaces de llevar la ley a cualquier rincón del imperio bajo la premisa que la justica es igual para todos: ricos y pobres, nobles y plebeyos.
El punto curioso que comentaba es que, aunque en los reinos anexionados existe una lógica animadversión al imperio, no se manifiesta en una abierta rebeldía. Mas, bien al contrario, la novela nos muestra a funcionarios de esos reinos perfectamente adaptados al engranaje imperial como es el caso de nuestro protagonista, y es, precisamente, desde las propias filas imperiales, donde se gesta la interesante trama política y de traiciones que muestra el libro.
LOS JUSTICIA Y LA MAGIA
Básicamente, un Justicia itinerante es un caballero con la potestad de impartir justicia en pueblos y aldeas ayudado por un escudero o alguacil y un asistente para tomar notas, escribir edictos o completar el libro de sentencias que luego se depositará en la capital. La administración de la ley por parte de los Justicia también se sustenta en el temor de la gente. Un temor a una característica mágica que ostentan: La llamada Voz de Emperador. Una habilidad que les permite, mediante una orden vocal, que la persona a quien se dirigen diga la verdad. Hay gente más o menos propensa a ser manipulada por los Justicia y de ahí el temor de la gente al ser convocado ante uno de ellos.
Paralelamente, algunos Justicia tiene otra habilidad algo más siniestra, y es el de la nigromancia al poder hablar con los muertos y que éstos les relaten las circunstancias de su muerte o señalar a su asesino.
EL JUSTICIA SIR KONRAD VONVALT
Konrad Vonvalt es, evidentemente, el protagonista de la novela, aunque ésta esté narrada en primera persona por Helena, su ayudante o pasante por así decirlo.
Luego le dedicaremos el apartado que se merece porque su personaje tiene también unos claroscuros muy atrayentes, dejando en suspenso mucho más de lo que se cuenta.
Pero volviendo a Konrad, nos encontramos con un Justicia no nacido en el imperio, pero con unos fuertes valores anclados en la tradición del magisterio.
Konrad cree en la justicia y en rectitud de la ley. Para él, siglos de sentencias, tratados y compendios cuidadosamente escritos, leídos y estudiados, constituyen el puntal sobre el que imperio mantiene su estabilidad.
El problema para Konrad es cuando los acontecimientos le dan una bofetada de realidad y que implica que todo su mundo de rectitud se venga abajo.
Para alguien que considera la ley y la justicia entre iguales poco menos que una religión, el tener que enfrentarse a una realidad que socava todos sus valores es un golpe muy fuerte y que va a tener consecuencias.
HELENA SEDANKA
La novela está narrada en primera persona por Helena, la ayudante de Sir Konrad, y que rescató cuando era niña de entre los huérfanos de un poblado. De su pluma vamos a descubrir como es la vida de un Justicia, pero, sobre todo, los anhelos y dudas que le generan a Helena la vida que casi se ha visto forzada a tener.
Con su relato vamos a ir viviendo la decepción de Konrad por la justicia y como los hombres son capaces de corromper algo sagrado para él como es la ley.
También asistiremos a su propia dicotomía. Ella es una huérfana y viendo cómo actúa Konrad no se ve capaz de seguir sus pasos. Es una joven que se siente más cómoda llevando una vida sencilla, casándose y teniendo hijos. Pero, por otro lado, la curiosidad y figura de Konrad parecen ejercer en ella una madurez impropia de su edad y condición.
El protagonismo recae en Konrad, evidentemente, pero el papel de Helena, ayudado por su narración en primera persona, nos permite descubrir mucho de un personaje, para mí mucho más interesante que el propio Justicia.
SECUNDARIOS
Hay bastante diferencia de profundidad de personaje sobre los dos principales y quienes los acompañan en la historia. Por un lado, Bressinger, que le sirve de guardaespaldas y que peleó con Konrad en la anterior guerra. Como todos los personajes, tiene un halo oscuro y amargo que no tardamos en descubrir. También tendrá cierta enjundia el personaje del alguacil de Valletempesta, Sir Radomir, alguien bastante baqueteado por la vida y que sirve de apoyo en la investigación.
En el bando de villanos vamos a tener, sobre todo, a dos que pecan de muy arquetípicos. Claver el fanático sacerdote con un poder terrenal demasiado acusado, y el margrave Westenholtz, uno de los principales nobles implicados en la conspiración general.
Este punto de villanos con corto desarrollo y profundidad queda algo cojo en la novela.
DOS SUBTRAMAS NO TAN SEPARADAS
La Justica de los Dioses plantea dos subtramas separadas pero que convergen magistralmente.
Por un lado, tenemos la resolución de un caso de herejía en un poblado y que Konrad resuelve de manera laxa, en contra del criterio (más inquisitorial y ejemplarizante) de un sacerdote que se les ha unido. Los reproches y posterior abandono de este sacerdote, va a ir ligado a una trama de conspiración política y de poder, bastante profunda y con ramificaciones aún no del todo visibles.
Por otro lado, tras este caso, Konrad y sus ayudantes van a llegar a un próspero pueblo mercantil, Valletempesta, donde se les pide ayuda para solucionar la muerte de la mujer de un acaudalado mercader. Aquí comienza una trama más negra y policial. Konrad buscará pistas, hablará con testigos y tratará de hilvanar los acontecimientos que han llevado a esta muerte.
Una muerte que poco a poco va adquiriendo una enormidad y complejidad que abarca a más gente e instituciones de los que podría parecer en un principio.
La habilidad del autor para unir de una manera bastante acertada, ambas subtramas en una historia fluida, es uno de los puntos positivos de la novela.
PUNTOS FUERTES
La Justica de los Dioses es un libro que lo toca arrastrar la sobre-explicación lógica de la primera parte de la trilogía. En este sentido Swan lo ha conseguido de manera magistral. Su lectura es rápida y ágil, siendo capaz de imbuirnos los momentos oscuros y cargados de dramas cuando la historia choca con ellos.
El tema de la institución de los Justica está muy bien definido. Tanto el poder que ostentan, el temor reverencial que ocasionan y los valores que representan, sin ser originales, están perfectamente elaborados.
Tenemos un trasunto de Juez Dredd, el cual, según las circunstancias, es jurado y verdugo. También la inclusión de la Voz de Emperador, deja ecos de la habilidad de la Bene Gesserit en Dune.
Los personajes principales, muestran unos tonos grises que dejan bien a las claras su fácil caída a unos comportamientos oscuros y bastante alejados de lo que se podría suponer su papel heroico y de rectitud.
La ambientación, incluso con vocablos de marcado carácter alemán, hace que cualquiera que haya jugado o leído algo de Warhammer Fantasy, llegue a pensar que se encuentra en alguna villa imperial.
PUNTOS DÉBILES
Sólo ha habido una cosa que me ha molestado de esta novela. Me parece todo un acierto que la narración descanse en la voz de Helena, pero no me gusta que se encargue de “spoilear” hasta cierto punto la historia. En muchos capítulos deja claro que lo está narrando desde su vejez. Que a lo algo de su vida va a usar magia oscura y actuar como un Justicia aunque se pase toda la novela con unas ganas inmensas de no seguir los pasos de Konrad.
Por no hablar de las frases con que concluyen algunos capítulos y que sirven para marcarnos la resolución de un cliffhanger antes de que se haya producido.
Bajo mi punto de vista, Swan se ha excedido un tanto en este recurso a lo largo de la novela.
CRÍTICA
La Justicia de los Dioses es una puerta de entrada a un universo que, no por muchas veces leído algo similar, deja de ofrecernos detalles interesantes y un trasfondo por explorar bastante rico. Una lectura ágil y muy recomendable.
Todo el engranaje de los Justicia está perfectamente construido, así como la trama política y los juegos de poder que se nos muestran y adivinan. La conspiración que se monta no parece una casualidad o una excusa para desencadenar la historia. Las complejidades y caminos que se nos muestran son perfectamente lógicos.
También me ha gustado el viaje de ambos personajes. Desde casi la inocencia hasta que ambos apoyan los pies en el suelo y se dan cuenta que todo su mundo está patas arriba.
Tanto la decepción de Konrad con la perversión de la ley por parte de los nobles y su paulatino paso al “lado oscuro”, por así decirlo, como el descubrimiento del sufrimiento emocional que sufre Helena, son una parte importante y muy bien cuidada por el autor.
Ahora sólo queda esperar la segunda parte que promete explorar la trama política con más profundidad.
