Stargate SG-1, 10 temporadas de aventura espacial
Hablar de Stargate SG-1 es hacerlo de la parte de la franquicia no sólo más longeva, si no de la que hizo que un número inmenso de fans se enganchara a sus 10 temporadas, a los subsiguientes spin-off y a la revisión de la película que lo creó todo.
ORIGENES
El germen de SG-1 hay que buscarlo en la película Stargate de 1994 y dirigida por Roland Emmerich. Una película que, partiendo de una idea original y ciertamente potente, cosechó un éxito aceptable que hizo que MGM le comprara los derechos al director y a Dean Devlin, su coautor. Su conversión a serie televisiva en la mejor línea de otra serie de ciencia ficción que estaba arrasando, Star Trek: La nueva generación, era simplemente una consecuencia evidente.
Stargate, la película cuenta el hallazgo arqueológico en Egipto a principios del siglo XX, de un enorme artefacto circular, años más tarde, los militares estadounidenses, ayudados por un egiptólogo con ideas poco ortodoxas, descubren que se trata de un portal que permite viajar de manera instantánea a otro planeta, Abydos. La expedición militar subsiguiente descubre un mundo esclavizado por una raza alienígena con reminiscencias de los dioses del antiguo Egipto.
La idea, evidentemente, da para mucho, y eso debieron pensar en MGM cuando le dieron el proyecto a Jonathan Glassner y Brad Wright, dos guionistas de otra serie icónica en la época “Más allá del límite”.
EL PROYECTO
Stargate SG-1 se inicia en 1997 y es Showtime, un cadena centrada en emisión de películas de estreno, la que acepta el reto firmando al principio cuatro temporadas y que gracias al público fiel va ampliando sucesivamente. Es curioso el tema de que Stargate, prácticamente se renueva temporada tras temporada con la amenaza de ser la última.
Estamos hablando de una serie cara de producir y que aguanta en Showtime 5 temporadas hasta que SyFy, una de la cadenas que emitía Stargate en sindicación, se hace con los derechos y le da un nuevo impulso.
Llegados a la séptima temporada, en SyFy se encuentran con una disyuntiva: Aprovechando el tirón y los buenos datos de audiencia, ofrecer un spin-off, Stargate Atlantis, y terminar SG-1 a base de telefilmes. La primera parte cuaja, y nos encontramos con 4 temporadas de Atlantis bastantes recomendables y que convive con las dos últimas de SG-1, produciéndose trasvases de personajes y tramas enlazadas, pero el tema de los telefilmes se abandona y se renueva Stargate SG-1 por una octava, novena y décima temporada, sabiendo, al iniciar ésta, que sería la última y definitiva.
Posteriormente, sí que se ruedan dos telefilmes, El Arca de la Verdad cerrando el tema de los Ori, y El Contínuo dando por finiquitada la historia de los Goal’uds. Para estos telefilmes se vuelve a contar con Richard Dean Anderson a modo de homenaje.
PERSONAJES PRINCIPALES
El núcleo a partir desde el que se gesta Stargate SG-1 es la película original, pero adaptando detalles para hacerlos más interesantes y aprovechables en una serie de televisión. De esta forma, Stargate SG-1 recupera dos de los personajes de la película, por un lado, el coronel Jack O’Neill y por el otro el egiptólogo Daniel Jackson. Y aquí ya comenzamos con las primeras distinciones.
Para el primero, se opta por Richard Dean Anderson, que venía de realizar la serie McGyver durante bastantes temporadas. El O’Neill de Stargate SG-1 es diametralmente distinto del personaje interpretado por Kurt Rusell, éste es un personaje destruido tras el accidente con su arma que le costado la vida a su hijo, es un militar cuyo deseo de morir supera las ganas de vivir, es adusto y seco con una empatía bajo mínimos.
El O’Neill de Stargate SG-1, aun partiendo del mismo drama, es diferente, con un cierto toque socarrón y divertido que hace muy empático al personaje, aunque, para mi gusto, en muchos de los capítulos lleva ese sarcasmo un poco a la exageración.
El otro personaje que repite desde Stargate es el egiptólogo Daniel Jackson, en este caso, la elección del actor que realizaba una imitación casi perfecta de James Spader, el Dr. Jackson original, está más que justificada. Sus conocimientos en historia antigua y lingüística son muy valiosos para el comando, aunque este encasillamiento y poco desarrollo inicial, llevó al actor a abandonar la serie en la sexta temporada, siendo sustituido por otro alienígena, Jonas Quinn, científico en este caso, que se encarga en el planeta Kelowna, del proyecto naquadria. Tuvo apariciones esporádicas y finalmente regresó en la séptima temporada hasta su cierre final. Su ausencia se justificó con un ascenso a otro plano existencial ayudado por los Antiguos. El personaje de Jonas Quinn, la verdad es que no acabó de cuajar y tuvo una despedida apañada, apareciendo en un capítulo posterior para cerrar su arco.
Se les une la capitán Samantha Carter, una militar experta en astrofísica que irá ascendiendo en el escalafón militar con el transcurrir de las temporadas, terminando con el grado de coronel y dirigiendo la misión Atlantis. Será siempre la persona detrás de la interpretación de cualquier tecnología alienígena encontrada y de aportar soluciones técnicas a situaciones desesperadas.
Durante la serie se va insinuando una tensión sexual no resuelta entre O’Neill y Carter, pero, acertadamente, en la serie dejan el tema romántico bastante en el aire.
El Jaffa Teal’c, será el elemento alienígena que reniega de la servidumbre al falso dios Apophis y aporta todo el conocimiento del modo de actuar de los Goal’uds y su tecnología. Aunque se une al comando Stargate como uno de los pilares del SG-1, no deja de lado su orgullo de Jaffa y el anhelo por liberar a su pueblo del yugo Goal’ud.
Tanto Jackson como Teal’c son los personajes que más se desarrollan a la largo de la serie y los que tienen una cierta historia detrás, en este aspecto, O’Neill y Carter tienen un desarrollo más plano, si visualizamos un capítulo sin saber la temporada y nos fijamos en el comportamiento de ambos militares, se hace difícil saber a qué altura de la serie nos encontramos, no hay la mínima evolución de sus personajes.
PERSONAJES SECUNDARIOS
El comando Stargate está liderado por el general Hammond, un militar que tiene que hacer equilibrios entre la fina línea del deber militar, lo que marca la lógica del día a día del comando y las presiones externas, tanto de militares como de políticos. Su personaje es uno de los más queridos por los fans. El personaje abandonó la serie en la octava temporada debido a los problemas de salud del actor, pero, como a todos los personajes, tuvo su momento de despedida y homenaje en la novena temporada.
Otros personajes más o menos habituales son la Dr. Janet Fraiser, la médico del comando y uno de los mejores personajes secundarios.
También tendrá una presencia importante el maestro Bra’Tac, un Jaffa que ha sabido reconocer mucho de él en Teal’c por lo que ha sido su maestro y guía, entrenándole y preparándole para ser crítico con los falsos dioses y dejar en su cabeza la semilla de la rebelión. Sus conocimientos militares y diplomáticos le permiten ganar adeptos a su causa.
El personaje del miembro de la Tok’ra, Selmak (en el cuerpo del padre de Carter), será otro elemento recurrente a la hora de ayudar a los terráqueos con tecnología o información.
El senador Kinsey, uno de los pilares de la trama política conspiranoica, también tiene un peso relevante en la historia y el trabajo del actor que lo encarna, permite una subtrama bastante interesante.
No podemos olvidar a un personaje y su alivio cómico, se trata de Maybourne, el rastrero oficial del NID que tiene una relación de colegueo/odio con O’Neill, consiguiendo al final una cierta redención.
Debido a la gran duración de la serie y su formato episódico, participaron multitud de actores secundarios más o menos conocidos que luego hicieron sus pinitos en otras series, sobre todo en la etapa de Syfy, nos encontramos con actores que más tarde aparecen, por ejemplo, en Battlestar Galactica, Firefly, Guardianes de la galaxia o apariciones estelares de actores de Star Trek.
Estos serán, básicamente, los personajes que se encargarán del conducir la serie durante las primeras 8 temporadas, las que marcan el apogeo de la serie y que la mayor parte de los fans asocian con Stargate SG-1. Para bien o para mal, (aunque algo más de lo segundo), los cambios obligados en las dos últimas temporadas no consiguieron enganchar al público y dieron lugar a una interesante dicotomía.
DOS SG-1
Para los más puristas, SG-1 termina en la octava temporada, o siendo más precisos en la séptima con la última defensa de la Tierra y dejando la octava temporada para cerrar cualquier hilo suelto, con homenajes a los actores que la sustentaron desde el principio.
La renovación sistemática de la serie después de la octava temporada creaba un problema: la historia de los Goal’uds estaba más que finiquitada, así como el resto de las subtramas, por lo que al renovar la serie debía hacerse con un nuevo SG-1 y un nuevo enemigo más poderoso.
En la novena y décima temporada cambian varias cosas, por un lado, Jack O’Neill, ascendido a general, ha sido jefe del comando Stargate pero su despedida de la serie implica un nuevo militar al mando, el bonachón general Landry. Para comandar al SG-1 aparece el teniente coronel Mitchell, un héroe de la batalla por la Antártida en la séptima temporada. Su intención es reunir al SG-1 original, pero Teal’c está en Dakara actuando como político de la nueva nación Jaffa, Carter es coronel y se encarga del departamento de investigación en el Área 51 y Daniel está deseando acudir a Atlantis.
Tras no pocos esfuerzos, el SG-1 vuelve a estar operativo, uniéndose esporádicamente y luego de manera continuada, Vala Mal Doran, un personaje que daba bastante juego con su desenfado, historia pasada y tensión sexual con Daniel.
En estas dos últimas temporadas, se profundiza en el mito artúrico, asociando a Merlín con los antiguos. Precisamente uno de sus artefactos los llevará de viaje a otra galaxia controlada por los Ori, una rama disgregada de los Antiguos y que preconizan una religión basada en aceptar sus creencias o sufrir la muerte.
Los Ori, merced a una tecnología muy avanzada, se proponen “evangelizar” la galaxia realizando una guerra santa si es preciso. Aquí es donde el SG-1 aparece para desbaratar planes.
La nueva historia pareció no calar entre el público, puede que el tener que comenzar toda una aventura desde el principio, con nuevos héroes y villanos, hiciera más duro su despegue, puede que los nuevos actores no empatizaran lo suficiente o, simplemente, la historia ya daba síntomas de agotamiento, habían pasado 10 años y el paradigma de la ciencia ficción había pasado a series más crudas y “reales” como Battlestar Galáctica.
SINOPSIS
Un año después de los acontecimientos de Stargate, la puerta estelar se encuentra en el complejo militar secreto de la montaña Cheyenne en Colorado, va ser desmontada y almacenada y el proyecto cerrado, pero se produce una activación y un grupo de alienígenas realizan un asalto y secuestran a varios militares.
El equipo enviado al rescate y que posteriormente, dará nombre a la serie, está comandado por O’ Neil consigue tener éxito y reclutar a Teal’c un Jaffa que les será de grandísima ayuda en el futuro.
A partir de aquí los episodios van mostrando las sucesivas misiones de aventura y acción pura de este comando accediendo a las diferentes direcciones que ofrece la puerta y que permiten viajara un sinfín de mundos.
Stargate SG-1 sabe aprovechar la idea de la película homónima y dotarla de elementos que, aplicados a una serie de televisión, la hacen atractiva a los espectadores. De esta forma, SG-1 es una serie de pura aventura, con formato episódico y con las dosis óptimas de sentido del humor, acción y toques de jerga científica más o menos incomprensible como ocurría en Star Trek.
La estructura era siempre la misma: El SG-1 llega a un nuevo planeta o se produce una incursión en el comando que pone en riesgo a la Tierra, ya sea de criaturas, virus informático o enfermedades raras, hasta un punto casi imposible de resolver, a última hora siempre se sacan un conejo de la chistera que consigue revertir la situación y salvar el día.
Las 10 temporadas dieron para mucho, en el transcurso de la serie, veremos al SG-1 relacionarse con multitud de razas con su diferentes peculiaridades, algunas amistosas como los Nox o, sobre todo los Asgard, y otras claramente hostiles para la humanidad como los Aschen.
También asistiremos a la caída de civilizaciones avanzadas como los Tollans o los Caledonios y el Protectorado Rand, por causas tan humanas como el recelo o desconfianza.
Luego veremos capítulos antológicos como un accidentado viaje en el tiempo a 1969 con toda la estética hippie (soberbio Teal’c en su papel) u otro capítulo autoparódico con un guionista que es capaz de crear un serie sospechosamente idéntica a los presuntos elementos secretos del comando Stargate.
Las sucesivas adquisiciones de tecnología, como el naquadah y su isótopo radiactivo, el naquadria, permitirán fuentes de energía y armas más poderosas para la defensa de la Tierra.
Más adelante, la ayuda de los Asgard será fundamental para la fabricación de la primera nave interestelar, el Prometheo, y más tarde el Dédalo y que primero sufrirá un conato de secuestro por parte de elementos del NID y posteriormente se le irán añadiendo elementos más poderosos como motores hiperlumínicos y tecnología de teleportación,
Antes de profundizar en las innumerables tramas, bueno es dejar claro que es y cómo funciona el Stargate.
STARGATE, FÍSICA DEL PORTAL ESTELAR
El Stargate es un dispositivo en forma de anillo que genera un agujero de gusano que permite unir de manera instantánea, dos puntos de la galaxia. Básicamente, descompone la material al pasar y la recompone en el punto de destino.
Está fabricado en naquadah, un elemento recurrente en la serie y que permite, entre sus varias aplicaciones incluida la militar, soportar la elevada energía necesaria para generar y mantener abierto el agujero de gusano.
A lo largo de la serie descubrimos que son obra de una raza primigenia, los denominados Antiguos que establecieron toda una red por la galaxia y de la que se apoderaron los Goal’uds.
Básicamente, dispone de 3 anillos concéntricos, uno de ellos rotativo, que muestra 39 símbolos correspondientes a otras tantas constelaciones visibles desde la tierra. El anillo más exterior consta de 9 anclajes o chevrones que se encargan de fijar estos símbolos como coordenadas espaciales, los 6 primeros símbolos marcan la dirección de destino y el séptimo el punto de origen. Esto da un número cercano a 2.000 millones de posibles combinaciones con lo cual sería absurdo hacer prueba-error y más teniendo en cuenta que no todas las combinaciones tienen que llegar forzosamente a un destino válido. En la serie se soluciona teniendo acceso a listados de destinos, ya sea a partir de los Goal’uds o de los Antiguos.
Una subtrama interesante tiene que ver con la propia puerta estelar. La encontrada en Giza es la utiliza el comando en sus primeras temporadas, es la denominada puerta Alpha, transportada a la Tierra por los Goal’uds para deportar humanos. Más tarde, Carter encuentra otra puerta enterrada en la Antártida (puerta Beta), está última fue dejada por los Antiguos y se almacena provisionalmente en el Área 51, descubriendo más tarde que era empleada por el NID para sus sucios manejos. En la tercera temporada deben transportar la puerta Alpha hasta una nave de los Asgard y huir a través del portal para prevenir un ataque de los replicantes, la nave se estrella en el océano Pacífico y se da por perdida, sustituyéndola por la puerta Beta.
Pero la puerta Alpha no se ha perdido, los rusos la han recuperado para crear su propio programa Stargate generando un conflicto con los americanos. Anubis termina destruyendo el Stargate Beta americano y éstos acaban pidiendo la puerta Alpha, en posesión de los rusos, en arriendo a cambio de la nave hermana del Prometheus (el Korolev), y tecnología de naquadh.
En Stargate SG-1 se utilizarán 7 chevrones para marcar las direcciones, el octavo chevrón sólo puede iniciarse con una cantidad inmensa de energía, sólo accesible mediante un MPC y que permitirá conectar con la galaxia Pegaso e iniciar la saga de Stargate Atlantis. El noveno y último chevrón le veremos en acción en Stargate Universe, y permite viajar hasta la nave sembradora de portales.
Hay un par de detalles curiosos con las puertas en sus diferentes apariciones:
En la película, los símbolos están grabados y en la serie se encuentran en relieve.
En SG-1 El anillo gira hasta situar el símbolo en el chevrón adecuado, el Stargate de Atlantis tiene sólo 36 símbolos y éstos están formados por puntos que componen la constelación en cuestión. Aparte, el anillo no gira, los símbolos se encienden como en un carrusel y detienen frente al chevrón adecuado.
Un detalle que podría chirriar es por qué todos los portales tienen los mismos símbolos si se tratan de constelaciones vistas desde la Tierra, lo lógico sería que cada Stargate mostrara las constelaciones desde su punto de vista. Esto tiene una explicación más prosaica y es de logística de la propia serie. Se contaba con un Stargate fijo en el set de la base y de otro desmontable para las escenas de exterior, hubiera sido totalmente improductivo y sobre todo caro que cada capítulo tuviera un Stargate diferente. Todo queda solucionado explicando que como los Antiguos establecieron su base en la Tierra tenía lógica usar esos símbolos y suponer un standard para todos los portales.
Otro tema planteado y solucionado en la serie es la lógica deriva estelar en cada destino después de 10.000 años. Se supone que se inserta un factor de corrección, aunque este tema lo veo más para acallar cualquier “pega” que pusieran los puristas que una solución factible.
Una vez establecida la dirección y abierto el portal, esté sólo puede mantenerse encendido 38 segundos, y es unidireccional, esto es, sólo permite viajar en una dirección, desde el origen hasta el destino. Una vez en el destino habría que marcar la dirección de la Tierra, abrir el portal y regresar. La bidireccionalidad sólo se permite en transmisiones de audio o vídeo.
Para evitar accesos no deseados, el comando Stargate instaló un iris, el cual siempre estaba cerrado, cubría el horizonte de sucesos del portal. Este iris impide las rematerialización de cualquier intruso proveniente del exterior. De esta manera, si quien llamaba a la puerta enviaba el código correcto, el iris se abría y daba acceso a la base.
El iris va mejorando con el transcurso de la serie, comenzando por una aleación de metales terrestres y cambiando al uso de elementos más resistentes encontrados en las sucesivas misiones.
A lo largo de la serie se ha mostrado que el Stargate, ya sea accidentalmente o a propósito, permite viajes temporales o a dimensiones paralelas cuando se dan determinadas circunstancias, como erupciones solares mientras se produce el tránsito, explosiones de supernovas o cercanías a agujeros negros que aportan una cantidad inmensa de energía al proceso.
TRAMA PRINCIPAL Y SUBTRAMAS
Stargate SG-1 es una serie de los 90 que bebe de las mejores fuentes de la época: Expediente X, Babylon 5 y sobre todo, Star Trek: La nueva Generación. El standard de su época era realizar series episódicas, es decir, cada capítulo tenía una trama que se resolvía en ese capítulo y, a lo mejor, se dejaba un hilo suelto que podía ser aprovechado unos capítulos más adelante para seguir desenredando la madeja.
Stargate SG-1 sigue este mismo principio, con una trama de fondo y capítulos que van permitiendo avanzar en el objetivo final, pero abriendo varios frentes propios.
LOS GOAL’UDS
Esta es, básicamente la trama principal, la lucha contra una raza de serpientes parásitas que, dentro de un huésped humano, le han facilitado una prolongada vida que utilizan para esclavizar planetas y sistemas enteros, creando un régimen de terror y autoproclamándose dioses para facilitar el servilismo y acatamiento de los subyugados.
Estos Goal’uds, que, entre ellos se denominan Señores del Sistema, han aprovechado la red de portales para desplazarse y repartirse la galaxia entre ellos. Forman entidades dictatoriales independientes que ocasionalmente guerrean entre ellos. Su rasgo más destacable es la iluminación de sus ojos cuando quieren dejar claro que son ellos quienes manejan la situación.
Han adoptado el rol de dioses de las antiguas religiones presentes en la Tierra, mayormente de la mitología egipcia: Ra, Apophis, Shekmet, Anubis, pero también de la mitología griega como Kronos o mitologías orientales como Baal, Amateratsu o Yu. Dada su longevidad, convivieron en las Tierra con sus antiguos habitantes creando su propia mitología e importándola a los planetas que controlaban al secuestrar y llevar gente para esclavizarlos.
La irrupción de los terrícolas y su afán por combatirlos y destruir su falsa deidad hará que la Tierra sea el principal objetivo. El primer Señor del sistema /Dios que nos aparece en Stargate SG-1 es Apophis, los continuos reveses que sufre en su lucha contra el SG-1 le harán perder el favor del resto de señores del sistema, además la traición de su principal primado militar, el Jaffa Te’alc y su paso al SG-1, hará que la Tierra tenga acceso a multitud de conocimientos e iniciará una rebelión por la galaxia.
La verdad es que los Goal’uds de las primeras temporadas no son precisamente amenazantes, más bien parecen villanos de opereta con su presunta superioridad. Los sucesivos señores que van apareciendo si que incrementan el grado de maldad y sobre todo de presencia, culminando con Anubis, un villano que ya causaba bastante respeto.
Los episodios son una sucesiva guerra de guerrillas con el SG-1 tratando de sabotear los planes cada vez más audaces de los Goal’uds mientras van adquiriendo tecnología y aliados.
LA REBELION JAFFA
Los Jaffa son la fuerza de choque de los Goal’uds. Son humanos elegidos por sus fuerza y su entrenamiento militar a los que se le implanta un parásito cuando son adolescentes, de esta forma cumplen un doble cometido: servir de incubadora del Goal’ud hasta que alcanza la edad adulta, y crear un huésped al que se le alarga la vida y que se recupera muy fácilmente de cualquier herida.
Esta fuerza de choque se emplea con un total desprecio por parte de los señores de la guerra de las bajas propias, sacrificándolas sin ningún rubor e incluso ejecutando a sus soldados ante el más mínimo error.
La deserción de Teal’c inicia la rebelión de los Jaffa apoyado por su mentor, el maestro Bra’tac. Poco a poco irá ganando adeptos y renegando de sus amos y su supuesta deidad. Durante todo el proceso asistiremos, además a los problemas familiares de Teal’c a causa de su rebeldía. El hallazgo de una sustancia, la tretonina, permitirá a los Jaffas liberarse de la dependencia de sus Goal’uds implantados y fundar un nación Jaffa libre en el planeta sagrada de Dakara.
Personalmente, los episodios que se centraban en esta subtrama eran de los menos interesantes, eran bastante lentos y a la larga la rebelión Jaffa parece influir muy poco en la caída final de los Goal’uds. Lo único destacable era la evolución del personaje de Teal’c.
LA TOK’RA
Se puede considerar que es la Alianza Rebelde del universo Stargate. Son Goal’uds dentro de cuerpos humanos pero cuya relación simbiótica es consentida tanto por el anfitrión y el huésped. No tienen la ambición de conquista de los Goal’uds y los llevan combatiendo desde siglos.
Su tecnología está a la par con ellos, pero además disponen de unos curiosos cristales que crean rápidamente túneles bajo tierra donde ocular sus bases del ataque de los Goal’uds.
Su interacción con el SG-1 se produce muy temprano en la serie, cuando un parásito de la Tok’ra se aloja en el cuerpo de la mayor Carter para huir de los Jaffa. En conocimiento y empatía entre Carter y el simbionte hace que la Tok’ra considere a los terrícolas como sus aliados, prestando su valiosa ayuda tanto con tecnología como apoyo logístico gracias a su red de contactos y espías entre los Goal’uds.
Incluso uno de los miembros de la Tok’ra se alojará en el cuerpo del padre de la mayor Carter permitiendo, por un lado, que se cure de un cáncer mortal y por el otro tener un huésped.
La Tok’ra se va a mantener en un discreto segundo plano haciendo la guerra por su cuenta, pero dependiendo cada vez más del SG-1 ante las continuas derrotas que les infringen los Goal’uds.
Hay varios miembros de la Tok’ra que van apareciendo como personajes recurrentes a lo largo de la serie, algunos como Selmak y Marduk claramente aliados, pero otros con un cierto punto de soberbia que consideran a los terrícolas como inferiores y aliados más bien molestos. Su papel se va diluyendo a lo largo de la serie y su subtrama pasa a ser bastante esporádica.
NID
En toda serie que se precie debe haber una agencia gubernamental secreta con una agenda oculta, y en Stargate esa agencia es el NID.
Entre sus propósitos está el de gestionar la tecnología alienígena conseguida por el comando
Stargate y fiscalizar las misiones y comportamiento del personal militar adscrito.
Pero como no podía ser de otra forma, esta agencia gubernamental tiene una parte visible que da soporte y ayuda al comando Stargate, como el agente Barrett, y otra, oculta, con una serie de agentes y ramificaciones que aprovechan los recursos del NID para obtener tecnología por medios poco ortodoxos, por no decir directamente delictivos. Su excusa es que el lograr la tecnología a base de diplomacia, es un proceso lento y lo mejor es la obtención directa. El problema adicional es que, dentro de la organización, hay empresas privadas que quieren realizar negocios con esta tecnología.
Estos agentes están bajo las órdenes de militares que siempre tratan de torpedear las acciones del SG-1, aunque las ramificaciones llegan a la política con la implicación de un senador con aspiraciones presidenciales.
En las últimas temporadas, el NID “malo” ha sido desmantelado, pero existe un corpúsculo denominado el Trust, entre cuyos medios se han infiltrado los Goal’uds, teniendo acceso a las altas esferas de poder en la Tierra. Su influencia llega a extenderse, incluso a Atlantis.
LOS REPLICANTES
Los replicantes son unos seres basados en nanotecnología que se multiplican fuera de control, consumiendo y asimilando tecnología y acabando por “evolucionar” a formas cuasi orgánicas.
Su principio básico son bloques individuales que se ensamblan devorando metal y multiplicándose. La forma básica es una especie de araña con la que invaden naves o planetas, siendo difícil de destruir.
Tras alcanzar un estado evolutivo avanzado, creando 6 réplicas humanas, los Asgard consiguen confinarlos en el planeta Hala, dentro de un campo de dilatación temporal, pero Quinto, uno de los replicantes, y el que más cerca está de considerarse humano, consigue con el tiempo abandonar este confinamiento y poniendo en serio peligro la vida la galaxia. Finalmente, y en el último momento (como no podía ser de otra manera), El SG-1, utilizando una tecnología de los Antiguos, consigue erradicar completamente la amenaza.
LOS ORI
Fue el enemigo a batir en la novena y décima temporada. Terminada la amenaza Goal’ud, se buscó otro rival a batir que fuera más poderoso si cabe, y se optó por esta rama tenebrosa escindida de los Antiguos. Los Ori preconizan una religión donde sus fieles les deben obediencia ciega o son ajusticiados por herejía. La “evangelización” por parte de sus priores tiene el mismo objetivo: obediencia o muerte. Se alimentan del fervor religioso de sus fieles que convierte ese fervor en energía, cuanto más fieles mayor es su poder, como idea de guión, bastante peregrina y rebuscada, la verdad.
La aparición de una líder Ori con nacimiento místico dota a todo la historia de un trasfondo ciertamente alejado de las anteriores temporadas.
Aunque sin abandonar la senda de la aventura, este enfoque es bastante más místico y poco creíble. Los Goal’uds utilizaban la tecnología existente para engañar a sus esclavos con una falsa religión. Los Ori llevan el uso de esa tecnología a otra nivel, pero realizando acciones más inexplicables e ilógicas.
EPÍLOGO
Stargate SG-1 es una serie totalmente disfrutable, es posible comenzarla o revisarla en cualquier momento y engancharse fácilmente a ella. Su trama de pura acción y aventura junto con su formato episódico donde el SG-1 salvaba el día en el último instante, aseguran horas de evasión. Siendo contemporánea de otro éxito como Star Trek: La nueva generación, no cae en la introspección ni en el mensaje final más o menos moral de la tripulación del Enterprise, en SG-1 la acción es más directa y frenética, y aunque a veces deja la pregunta si sus actos son más o menos reprobables, los deja en un muy discreto segundo plano, fiándolo todo a una trama y subtramas muy bien enlazadas a lo largo de sus 10 temporadas.
