LIBROS

Harrow la Novena, continúa la fantasía gótica

Después de leer Harrow la Novena de Tamsyn Muir, tengo sentimientos enfrentados con la novela, aunque ganan los positivos.

Esta segunda novela de una trilogía en principio, pero que se ha convertido en tetralogía, era una obra que esperaba con ganas. Después de la magnífica Gideon la Novena, con este universo nuevo y rompedor que conjuga la ciencia ficción, la estética gótica y gotas de humor ácido, esperaba una continuación más al uso. Primera sorpresa.

Y es que Muir no se dedica a continuar de manera lineal donde termina Gideon y prolongar la historia dando el protagonismo a Harrow. Hace más que eso y es deconstruir el relato con dos tramas superpuestas, con varios cambios de líneas temporales y situaciones de corto contenido sin aparente ligazón.

SINOPSIS

El Emperador recluta a Harrow Nonagesimus, la última nigromante de la Novena casa para ayudarle a ganar una guerra casi perdida. Para ello será elevada al rango de lictora, una especie de generalato que tendrá que compartir con otro personaje de la primera novela, y con un grupo de lictores veteranos que llevan milenios junto al Emperador.

La idea es entrenarla para combatir en una lucha que tiene su versión física con espada y mágica.

Vamos a ser testigos de la vida de este grupo de nigromantes y como los sucesivos acontecimientos, nuevos personajes y actitudes de sus compañeros, parecen desencadenar en Harrow la duda sobre su salud mental, si está viviendo la realidad o acontecimientos pasados o incluso inventados por su mente.

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HARROW Y SU CONFUSO COMIENZO

He leído los suficientes libros con tramas complejas que exigen la total atención del lector con cambios bruscos de tiempo, lugar y personajes, como para no molestarme los primeros capítulos de Harrow. El problemas es la excesiva duración de esta parte del libro. Prácticamente se lleva 2/3 de la novela todo este maremágnum de saltos y puntos desencadenados. Para mí una duración excesiva hasta llegar al último acto que hace aumentar el ritmo del libro, despejar incógnitas, crear otras nuevas, pero dejarnos ver el mapa prácticamente en su totalidad.

NARRACIÓN

Un punto destacable es la narración en segunda persona del singular de una parte de la trama. Al principio es chocante, pero es fácil adaptarse a este estilo. Cada capítulo tiene una especie de subtítulo indicando el tiempo que falta hasta un acontecimiento que parece un spoiler monumental. Este referencia podría ser una forma de tratar de darle una cierta linealidad al relato principal. Un relato que trata la vida en el Mitreo de Harrow, el Emperador y el resto de lictores, superando las tramas con más carga de pseudorecuerdos o elucubraciones de la mente de Harrow.

REFERENCIAS A GIDEON LA NOVENA

En este punto de los recuerdos, es donde posiblemente, el lector queda más descolocado. Muir nos vuelve a narrar eventos producidos en la primera novela y en la Mansión Canaan.

Vamos a ver a los mismos personajes, pero casi. De hecho, desde el primer momento aparece una discrepancia muy fuerte que, lógicamente, ponemos en reserva hasta esperar que Muir nos lo aclare, cosa que ocurre en su última parte.

Este salto atrás con el orden de acontecimientos e interacciones entre personajes, diferente de Gideon la Novena, es el que obliga al lector a hacer un esfuerzo para tratar de encajar piezas totalmente discrepantes y tratar de forzar una lógica que Muir nos oculta hasta el último tercio. De manera brillante, eso sí.

UNA AMBIENTACIÓN ESPECTACULAR

El universo creado por Muir para esta tetralogía de La Tumba Sellada, continúa más espectacular en Harrow la Novena. Todo el trasfondo oscuro y gótico queda reafirmado por el interior del Mitreo, una inmensa estación espacial que sirve de residencia al Emperador y sus lictores. Un espacio sombrío sin ningún otro ser vivo y que conjuga muy bien los dos géneros en los que la autora centra la historia: La ciencia ficción y el gótico oscuro. De tal forma, cuando leemos sus páginas, nuestra percepción cambia entre una estación espacial moderna y un castillo oscuro y abandonado.

Muchos de estos puntos tienen que ver con la mitología de Warhammer 40K. Es difícil no ver similitudes estéticas entre ambos universos.

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EL COMPONENTE NIGROMÁNTICO

El elemento mágico se vuelve en Harrow la Novena, un poco más mundano por así decirlo. Se abandona esa especie de religiosidad y misticismo en Gideon y se nos muestra una lucha más real contra un enemigo poderoso.

Toda la explicación del Rio, su tránsito, zonas y almas que contiene está bien expuesto y es razonablemente fácil de seguir.

Lo que, en mi caso, me dio más problemas es la interacción de personajes o entidades que ve Harrow, pero no el resto, que desencadenan acontecimientos que parecen no preocupar a los lictores o el Emperador o (y esto si que me despistaba), la actitud de todos ellos con Harrow. Se salta desde un trato despreciativo hacia la nigromante, a un compadreo, de ahí a intentar matarla, no darle importancia al tema, volver a dejarla de lado, entrenarla, meterla en una conspiración …

PERSONAJES

El personaje principal es, por supuesto Harrow y en la novela profundizamos más en su carácter. Una persona que sigue arrastrando dos culpas pasadas. Curiosamente, una de ellas sabida por los lectores de la primera novela y que no tiene desarrollo en la primera parte del libro. Un buen tanto para Muir.

Aprendemos también un poco más de su carácter con cierto retraimiento autoimpuesto y al que Muir aporta ciertas dosis de bullying por parte del resto de lictores a modo de denuncia social. Otro buen punto para la autora.

El otro personaje que acompaña a Harrow desde la primera novela también se desarrolla perfectamente. Vemos un personaje ambicioso, con toques de mezquindad y que, bajo un aura angelical, no duda en adular a quien sea si con ello consigue destacar por encima de Harrow. Aparte, sus diálogos, sobre todo con Harrow son de los mejores en la novela.

Luego tenemos a los lictores. Personajes que llevan sirviendo al emperador desde hace 10.000 años y que se conocen desde un lejano pasado que parece indicar un origen más mortal y de compañerismo. Esta vida prolongadísima, con pérdida de compañeros, hace también que estén de vuelta de todo, que sean totalmente amorales y mezquinos y sea muy difícil empatizar con ellos.

Mención aparte el personaje del Emperador. Un personaje que, aunque tiene los diálogos más profundos, es bastante inclasificable. No casa ni dentro de un ser que se cree y sabe superior y místico ni dentro de alguien dotado de una inmortalidad pero que afronta esta última batalla como cualquier guerrero, compartiendo filosofía de vida con sus lictores.

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Tamsyn Muir

EL MAGNÍFICO ÚLTIMO TERCIO DE HARROW LA NOVENA

No me importa decir que durante gran parte del libro he estado a punto de arrojar la toalla y dejar el libro. Todos los puntos expuestos con anterioridad aumentaban la confusión de la narración y, aunque era evidente que Muir sabía hacia donde iba todo, había que hacer un esfuerzo extra para llegar a la aclaración de las tramas.

Y realmente vale la pena es sobreesfuerzo. La última parte aumenta el ritmo, desatasca las diferentes tramas y nos da perspectiva de lo leído con anterioridad. La conclusión deja cerradas muchas incógnitas y deja abiertos varios interesantes caminos a explorar en las dos entregas restantes. De hecho, la tercera novela, Nona la Novena, parece que saldrá a finales de este 2022.

Un elemento que ayuda, y bastante a darle contexto al universo de La Tumba sellada, es la inclusión de unos apéndices muy útiles para entender todo este universo.

CRÍTICA

Harrow la Novena es una novela muy exigente con el lector. Le obliga a ir sumando piezas de un caótico puzle, pero demasiado inconexas entre ellas. No sería un problema grave si no fuera por la excesiva duración de esta parte. De esta forma es muy difícil tratar de asociar acontecimientos muy dispersos y separados entre las páginas. Ese es el pero más importante.

Aunque hay un detalle curioso y es que la lictora tienda a cambiar la edad de Harrow con el transcurso de las páginas, siempre en orden decreciente. Pensaba que tendría su explicación al final, pero se me ha escapado. Es un hilo suelto que no sé si me he saltado o lo ha dejado la autora para posteriores entregas.

Por lo demás, a cualquiera que haya leído y disfrutado de Gideon la Novena, va a apreciar esta continuación. Se mantiene el ambiente oscuro, los personajes retraídos y con cierto egoísmo. Se ahonda en la personalidad de un personaje como Harrow y se amplía el rico y original universo creado por Muir. Aparte, introduce puntos a modo de crítica social como la exclusión, la amargura y culpa por una pérdida o el bullying.

Todo esto sin abandonar la narración, en momentos chispeantes con diálogos muy bien cuidados que suman la pomposidad con el humor con toque ácido y gamberro.

También me gustaría destacar el cierre de la trama “Mansión de Canaan alternativa”. Su conclusión es perfecta y ahonda en unos personajes poco tratados en la primera novela y que aquí Muir despliega con gran habilidad y sentido.

En definitiva, una buena continuación a la que lastra la excesiva y caótica parte inicial, pero que resuelve con soltura al final, ofreciendo un panorama atractivo para esperar las siguientes entregas.

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